TABASCO.- El pasado domingo, las plataformas digitales se paralizaron con el lanzamiento del nuevo álbum de Bad Bunny, "Debí tirar más fotos".
En menos de 24 horas, varias de sus canciones ya se posicionaron en los primeros lugares de las listas globales de plataformas, demostrando una vez más el poderío del artista puertorriqueño.
Sin embargo, mientras millones de fans disfrutan de estos nuevos temas en streaming, una pregunta persiste: ¿qué sucede con el formato físico?
Julián, un comerciante de Discos Tere, la última tienda sobreviviente en formato físico en el Centro de Villahermosa, con más de 40 años de antigüedad, ofreció una perspectiva interesante sobre este fenómeno.
"Contienen más material del artista, más fotos, más material exclusivo, ediciones especiales", afirma al referirse a los discos de formato físico.
A pesar de la comodidad y la inmediatez de las plataformas digitales, muchos coleccionistas y amantes de la música siguen prefiriendo el formato físico por su valor sentimental y la experiencia auditiva que ofrece.
A pesar de la popularidad de Bad Bunny, la venta de sus discos en formato físico presenta desafíos.
Julián confiesa que el último álbum del artista, "Un Verano Sin Ti", tardó un año en venderse en su tienda. "Como es un artista muy famoso, ellos normalmente nos anunciarían. Desafortunadamente hasta ahorita no me han dado ninguna noticia del lanzamiento de este gran artista", señala con respecto a el nuevo álbum, “Debí tirar más fotos”.
La razón detrás de estos altos precios radica en que las disqueras independientes que producen a Bad Bunny suelen fijar costos elevados para la venta física de sus álbumes, lo que dificulta su comercialización en tiendas como Discos Tere.
En plataformas como Mercado Libre, una búsqueda rápida arroja que sus últimos dos discos pueden alcanzar precios exorbitantes, superando incluso los $1,000 pesos. Un precio así, no es atractivo para el público tabasqueño.
El nuevo álbum de Bad Bunny, "Debí tirar más fotos", ha sido un éxito rotundo a nivel digital, pero logrará este álbum igualar el éxito de sus predecesores.
Dentro de las 17 canciones del álbum, se explora una amplia gama de temas, desde la nostalgia por la juventud y la vida en Puerto Rico, hasta críticas sociales sobre problemas como la gentrificación y la pérdida de identidad cultural. Bad Bunny utiliza sus letras para reflexionar sobre su propia vida y su carrera, así como para conectar con sus fans y transmitirles un mensaje de orgullo por sus orígenes.
Musicalmente, el álbum es una fusión de géneros que van desde los ritmos tradicionales de Puerto Rico, como la plena y la salsa, hasta sonidos más modernos como el reguetón y el house. Esta mezcla de estilos crea una atmósfera única y vibrante que refleja la diversidad cultural de la isla.