Tabasco.- El cine es un arte universal que cautiva a personas de todas las edades. Niños, adultos y personas de la tercera edad disfrutan de las historias que la gran pantalla ofrece, sin embargo, en la actualidad, asistir al cine o suscribirse a una plataforma de streaming se ha convertido en un lujo para muchas familias, debido al constante aumento en los precios de boletos y suscripciones.
Debido a esta situación, los puestos de películas pirata siguen proliferando en diferentes puntos de las ciudades. Un ejemplo evidente de esto es el Mercado de Tamulté de las Barrancas, donde, al recorrer sus pasillos, se pueden encontrar fácilmente varios puestos dedicados a la venta de CDs y DVDs piratas, tanto de películas como de música.
A pesar de que la piratería está prohibida por la ley, esta práctica sigue vigente. La razón principal es el costo.
Mientras que una película original en tiendas como Liverpool, puede alcanzar los $120, en el Mercado de Tamulté se venden por apenas $25. Además, los vendedores ofrecen promociones como 2x45, o incluso, 2x40 si el comprador se anima a regatear.
Este fenómeno genera un dilema económico y moral. Por un lado, la piratería afecta a los creadores de contenido, quienes no reciben remuneración alguna por estas ventas, pero representa una opción accesible para aquellos ciudadanos que buscan entretenimiento sin afectar demasiado su bolsillo.
Al final del día, la decisión recae en el consumidor, quien debe elegir entre apoyar a la industria cinematográfica o buscar una alternativa más económica para el disfrute del llamado Séptimo Arte.
Mientras tanto, la piratería sigue siendo un secreto a voces en mercados como el de Tamulté de las Barrancas.