TABASCO. Mientras el Gobierno insiste en afirmar que sí hay abasto, en las clínicas del Instituto de Seguridad Social del Estado de Tabasco (ISSET) la realidad es otra y “no hay ni paracetamol”, se quejan derechohabientes.
La situación que viven los usuarios del ISSET es crítica, especialmente en los centros regionales, donde pacientes con enfermedades crónicas enfrentan una lucha diaria para conseguir los fármacos para sus tratamientos.
“Desde que inició 2025, no tenemos absolutamente nada de medicamentos. Si llegas a urgencias, solo te dicen: no hay medicina y te dan la consulta, pero tienes que comprar tú todo lo que necesites. No hay ni lo más básico", relata un paciente que por miedo a represalias prefiere mantener su identidad en el anonimato.
Él depende de la hemodiálisis para sobrevivir. A pesar de tener derecho a atención médica gratuita en la institución de seguridad social del estado, como muchos, ha tenido que costear su tratamiento por fuera, con gastos semanales que superan los 2 mil pesos.
Este procedimiento, que no es opcional para su vida, lo tiene que realizar 3 veces por semana, porque es la única forma que tiene para eliminar las toxinas de su sangre, y mantener el equilibrio de minerales y líquidos.
El drama no termina allí. El derechohabiente narra cómo, a principios de marzo, le cancelaron la hemodiálisis debido a una falla en la bomba de osmosis. “Ese día ya no hubo tratamiento y me dijeron que hasta el miércoles nos verían, así, sin más, sin alternativa”, denuncia.
En otra ocasión, tuvo que ser enviado hasta el Centro Regional del ISSET ubicado en Comalcalco para recibir la atención, lo que además de representarle un esfuerzo físico adicional, le implicó un gasto económico extraordinario que no siempre tiene la posibilidad de asumir.
La impotencia se multiplica cuando los pacientes escuchan en medios oficiales que hay convenio con Farmacias del Ahorro.
“Nos dijeron que a partir del 1 de abril ya tendríamos medicamentos allí, pero en mi municipio no existe esa farmacia, y aunque pidiéramos las recetas, no nos las dan porque el sistema marca que no hay en existencia (…) así que ni siquiera podemos intentar conseguir los medicamentos en otra parte”, reprocha.
Ni en Centla, ni en Tacotalpa, ni en Jalapa, ni en Emiliano Zapata, ni en Balancán, ni en Jonuta ni en Nacajuca existen filiales de esa cadena de farmacias.
En redes sociales y en el mismo sitio electrónico del ISSET, los comentarios se acumulan. Personas de los 17 municipios del estado confirman lo mismo: “las farmacias están vacías, las recetas vencen sin surtirse y los enfermos se quedan sin más opción que rezar o endeudarse”.
“Una señora vino con su hijo enfermo y el pasaje justo, le dijeron que no había medicamento y tuvo que decidir entre regresar a casa o comprar una pastilla. Esa es la realidad aquí”, acusan.
La situación no es distinta en la clínica de Villahermosa; ahí recibe atención Doña Carmelita, quien sufre de artritis. Doña Carmelita comenta que desde enero no recibe la vacuna que le permite tener una mejor calidad de vida, se trata de Certolizumab pegol, un fármaco que ronda entre los 15 y más de 20 mil pesos. Es un un inhibidor del factor de necrosis tumoral alfa que está indicado en el tratamiento sintomático de la enfermedad de Crohn y de la artritis reumatoide
La derechohabiente del ISSET tiene más de 25 años de servicio en una dependencia del Gobierno del Estado y puntualmente le son descontadas las cuotas por servicio médico, y hoy que su salud está comprometida no ha podido recibir la atención adecuada pese a los años en que sus contribuciones no se han dejado de abonar al instituto.
En Tabasco no se muere la gente por las enfermedades, se muere por ser pobre y no tener para los tratamientos y las medicinas, lamenta doña Carmelita quien sufre de terribles dolores a causa del agudo estado en que se encuentra; cuando me ponían la vacuna la pasaba mejor, asegura.
SALUD EN CRISIS
La situación ha escalado a tal nivel que partidos de oposición han alzado la voz. Mari Carmen García May, secretaria general del PRI, lamenta la reciente muerte de un menor en Cunduacán por complicaciones de varicela. “No podemos seguir permitiendo que las omisiones en salud sigan costando vidas”, sentencia.
Un opositor más. Rafael Acosta León, dirigente del PRD en Tabasco, exige la renuncia inmediata del secretario de Salud, Alejandro Calderón Alipi, y del director del Hospital Regional de Alta Especialidad “Dr. Juan Graham Casasús”, Carlos Madrigal Leyva, por las deficiencias que se agravan en el nosocomio.
“Estamos en un colapso en el tema de la salud, desde hace un mes venimos alertando sobre esto, pero el Gobierno ni escucha ni ve; si les queda algo de dignidad, deben irse y dejar que otros hagan el trabajo”, se enoja.
Mientras tanto, las clínicas del ISSET siguen recibiendo a miles de personas con enfermedades crónicas, urgencias médicas y necesidades básicas sin respuesta.
“Que vengan, que entren y vean con sus propios ojos, la farmacia está vacía, los anaqueles vacíos, aquí no hay nada”, es el reclamo que se multiplica entre los usuarios de este servicio médico.