Tabasco.- Tabasco cerró su primer mes de 2025 con un registro acumulado de 94 asesinatos. De acuerdo con fuentes oficiales, este enero quedó registrado como el ciclo más violento del que se tenga memoria en la entidad. Sin embargo, para el gobernador Javier May, la creciente violencia en la que se encuentra sumida la entidad, sólo es una cuestión que se ha inflado mediáticamente.
En la burbuja del mandatario, los descuartizados, los descabezados, los desaparecidos, los jóvenes asesinados, no son más que nota roja exagerada, pese a que evidencian cómo ha ido escalando el nivel de crueldad con el que operan los dos grupos del crimen organizado que convirtieron a Villahermosa y sus alrededores en una zona de guerra.
May se mueve por cualquier punto de la entidad bajo un fuerte aparato de seguridad, algo que no puede presumir don José, un hombre de la tercera edad que se dedica a vender aguas frescas en su puesto ubicado en el Parque Juárez. Este adulto mayor es ejemplo claro de que la realidad discrepa con la percepción del gobernador morenista.
Más allá de la cuesta de enero, que año con año suele afectar las ventas, don José asocia la baja afluencia de clientes con la creciente inseguridad en Tabasco. "La gente ya está paniqueada, no sale, nada más escuchan que suena un tronador, y piensan en lo peor, salen corriendo", relata.
El temor no sólo se percibe en los consumidores, sino también entre los comerciantes, quienes cada día deben arriesgarse a salir a vender con la esperanza de no ser asaltados.
"Nosotros también, ya el comercio tiene que estar con el temor establecido, hoy en día no te puedes confiar de nadie, de nadie", afirma el vendedor de aguas frescas, con preocupación.
Su jornada de trabajo inicia a la 6 de la mañana y culmina hasta las 8 de la noche, y pese a dedicarle 14 horas ‘a la chamba’, simplemente sus ingresos apenas y le permiten recuperar su inversión diaria.
Desde que inició 2025 se declara en cero, no ha registrado ganancias. Muchas veces, al final del día, se ve obligado a tirar las aguas que no vendió.
"Ojalá que esta situación mejore, la cuesta, la inseguridad. Antes las personas se iban de aquí tarde, ya agarraban coche a las 10:30 de la noche, ahorita ya a las 7:30, a las 8 de la noche, ya aquí no hay nadie ", se lamenta.
Don José mantiene la esperanza de que con la llegada de los meses de calor sus ventas mejorarán, ya que el clima caluroso suele atraer más clientes a su puesto. El testimonio se repite en muchos ciudadanos. Son los de a pie, los que no andan rodeados de guaruras, los que padecen en carne propia los estragos de la inseguridad.