TABASCO. Familiares de una paciente internada en el Hospital Regional del IMSS-Bienestar de Huimanguillo exhibieron el uso de una silla como “soporte” de cama, debido a que la camilla hospitalaria se encuentra averiada, y ante la falta de equipamiento, insumos, medicamentos y materiales de limpieza, los trabajadores se las ingenian para salvar vidas.
En redes sociales, la usuaria identificada como Lali Córdoba expuso una fotografía de las condiciones en las que se brindó la atención a su familiar.
“Lamentablemente no tenían una camilla decente para acostarla, y cuando entré a verla resulta que la camilla estaba oxidada y no le servía la parte del cabezal, la levantaron con una silla frágil y vieja, poniendo en peligro aún más la salud y la estabilidad de mi familiar”, externó.
En la imagen compartida se observa al paciente acostado en una camilla hospitalaria eléctrica, y se infiere que ya no le funcionan los controles para adaptar el nivel de inclinación, por lo que el personal sanitario colocó una silla de metal que sirviera como palanca para mantener el respaldo alzado.
La denunciante afirmó que, en ocasiones anteriores que han acudido al hospital público, se han enfrentado a falta de medicamentos e insumos, por lo que habían decidido no regresar al nosocomio, sin embargo, por la desesperación y el horario en el que se complicó su familiar, optaron por acudir a esta unidad médica.
En otro comentario Lali Córdoba, informó que cuando acudió a los sanitarios del hospital, se da con la sorpresa que no tenía jabón, papel higiénico, y tampoco contaba con sanitizantes; al preguntarle al personal de limpieza se le informó que no había en el lugar ni jabón ni cloro ni otros insumos, muchos de ellos realizan una “vaquita” (cooperación) para comprarlos. “Todos los médicos y las enfermeras, cada quien, trae sus jabones para asearse”, indicó una trabajadora del hospital a Lali.
“Es aquí donde me cuestionó a dónde está toda la ayuda y el buen servicio del hospital general de Huimanguillo el cual está a cargo del Dr. Rodríguez. Teniendo camillas rotas, sin medicamentos porque prácticamente tuve que salir a comprar todos a su farmacia... Eso no es de un buen servicio público y menos en manos de personas como ellos".
Y añadió, "esto es indignante señores. Me molesta que se llenen la boca diciendo que trabajan para el municipio, lo cual es una mentira porque una vez más fui víctima del mal manejo de los recursos que deberían ser para el hospital y resulta que son desviados para los bolsillos y farmacias del director.
No es mentira lo que les digo. Pues tengo evidencia y estoy segura que si ustedes hubieran tenido que pasar por esta misma situación de igual manera estarían enojados e indignados.
Espero y lo difundan, para que se sepa la clase de dirección y qué clase de hospital tenemos en nuestro municipio”, concluyó.