China.- Investigadores de universidades chinas, como el Instituto de Biofísica de la Academia China de Ciencias, lograron revertir el proceso de envejecimiento en ratones de edad avanzada a partir de una molécula de ARN (Ácido Ribonucleico), que les permitió vivir más tiempo y mantener algunas habilidades físicas y mentales.
El proceso de envejecimiento -en el que las células dejan de dividirse y mueren- es inevitable para cualquier organismo incluyendo a los seres humanos. Sin embargo, ello no significa que dicho proceso no puede revertirse, al menos por ahora, en el laboratorio.
Y revertirlo de manera exitosa ha sido un logro de un grupo de investigadores de varias universidades chinas, cuyo estudio ha sido publicado el pasado 15 de enero en la revista Cell Metabolism.
Básicamente, el tratamiento consiste en modificar una de las características del proceso de envejecimiento: una etapa llamada senescencia celular, la cual se caracteriza porque las células pierden habilidad para replicarse. Es decir, dejan de dividirse, pero no necesariamente mueren.
Además, en la medida en que las personas envejecemos, más células se vuelven senescentes lo que produce que liberen sustancias químicas llamadas citoquinas (éstas últimas generan inflamación).
Las citoquinas, también, hacen menos resistente al organismo a ciertas enfermedades y por lo tanto resulta más difícil curarse. De hecho, la senescencia celular -y el aumento de citoquinas- se ha relacionado con la presencia de ciertas enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y, por si fuera poco, con la disminución de ciertas funciones cognitivas.
Por cierto, la senescencia celular ya ha sido utilizada por otros científicos (concretamente del Instituto de Investigación Biomédica de la Universidad de Barcelona) con el fin de tratar algunos tipos de cáncer al lograr “la inducción de senescencia en células tumorales” y cómo éstas “alteran la comunicación entre el tumor y el sistema inmunitario”.
Pero volviendo al asunto de la senescencia y el envejecimiento, la clave del logro del equipo de científicos chinos fue utilizar una micromolécula de ARN.
Esta micromolécula, llamada miR-302b, es ARN no codificante, es decir, no es capaz de producir proteínas, contrario a lo que sucede con el ADN (Ácido Desoxirribonucleico) que sí las produce.
Además, miR-302b está implicado en la regulación genética y, como se descubrió hace unos años, también juega un papel relevante en la inmunidad y en la eliminación de las células cancerosas.
Y lo que finalmente demostraron Guangju Ji, biofísico del Instituto de Biofísica de la Academia China de Ciencias y sus colegas, es que, al utilizar exosomas de células madre embrionarias humanas, las cuales fueron previamente cultivadas en el laboratorio, pudieron restaurar la habilidad de las células senescentes, es decir, detuvieron el proceso de senescencia e hicieron que éstas volvieran a proliferar y a dividirse.
Y, lo que demostró el experimento es que aquellos ratones que recibieron exosomas en lugar de la solución salina, vivieron, en promedio, 4.5 meses más. De hecho, les volvió a crecer el pelo, mantuvieron un mayor peso corporal, pudieron permanecer en equilibrio más tiempo en una varilla giratoria.








