El Barcelona venció 3-2 al Real Madrid en una dramática y polémica Final para coronarse como Campeón de la Copa del Rey, tras un gol de Jules Koundé en tiempos extra.
Todo el escándalo del viernes por las quejas de los árbitros y la protesta del Real Madrud quedó en segundo plano, aunque la tensión por el trabajo arbitral rondaría el ambiente en este Clásico, por lo que cada jugada dividida generaba mucho morbo.
El árbitro Ricardo de Burgos supo controlar la presión en cada acción por la que recibía reclamos de . Una mano de Valverde en el área del Real Madrid fue evidente, pero no se señaló porque no fue intencional.
La ausencia más importante era Mbappé, quien inició sorpresivamente en la banca. Por eso el Barcelona generó más peligro y exigió a Courtois.
El juego se vivía con mucha tensión, pero fue liberada tras el gol de Pedri, un poema por la pausa que le dio Lamine Yamal al esperar que avanzara desde medio campo para entregarle el pase a la entrada del área.
Pedri disparó de primera y metió el balón en el ángulo izquierdo de la portería que Courtois hizo más vistoso con su inútil lance en el minuto 28.
Llegaron más jugadas polémicas, una de ellas un penalti que cometió Iñigo Martínez contra Vinícius Júnior en el tiempo agregado del primer tiempo, pero se anuló por fuera de lugar previo del brasileño.
El segundo tiempo trajo el ingreso de Mbappé en lugar de Rodrygo, quien pasó de noche, y pocos minutos después entraron Güler y Modric por Ceballos y Lucas Vázquez. Eso permitió que Vinícius Júnior tuviera al menos tres opciones en los primeros minutos.
Pero el brasileño se topó con un Szczesny monumental, quien le atajó cada intento. Pero ahora el juego se disputaba la mayor parte del tiempo en el área del Barcelona. Para darle frescura a su medio campo, Flick sacó a Olmo para meter a Fermín López.
Mbappé recibió una falta fuera del área cuando escapaba solo para fusilar a Szczesny. La barrera se formó de manera deficiente y el francés aprovechó para disparar al poste izquierdo y superar al portero polaco para empatar un Clásico hirviente en el minuto 70.
Flick no logró reacomodar al equipo. El enésimo remate a la portería de Szczesny fue gol, un cabezazo de Tchouaméni tras un tiro de esquina en el 77.
La Cartuja de Sevilla hervía con los gritos desde la tribuna. El balón pasaría al Barcelona y ahora tocaba defender al Real Madrid.
Un pase largo de Lamine Yamal proyectó a Ferran Torres, quien ganó la carrera a Rüdiger y provocó una salida precipitada de Courtois, por lo que con una recepción perfecta se quitó a ambos y definió con un tiro que entró lentamente a la portería. Empate 2-2 en una Final de alarido.
En la última jugada del segundo tiempo, ya en el agregado, el árbitro Ricardo de Burgos señaló un penalti a favor del Barcelona. La toma de TV evidenció que Raphinha cayó dentro del área sin tener contacto con la barrida de Raúl Asensio. El VAR lo hizo revetir la decisión. El título se definiría en tiempos extra.
El primer tiempo extra tuvo pocas oportunidades, salvo una de Ferran Torres, quien pisó el área y sacó un tiro muy cruzado. El cansancio era evidente y la batalla pintaba para definirse en la última instancia.
En el segundo tiempo tampoco había mucho para destacar, ya que la reserva física apenas alcanzaba para entregar los pases al pie. Por eso fue un error lo que definió el partido. Koundé robó un balón afuera del área, disparó a la esquina y venció a Courtois para el 3-2 que coronó al Barcelona en una final muy polémica, pero que al final coronó al que mejor jugó.