CAMPECHE. Luego de dialogar con la Secretaria General del Gobierno del Estado de Campeche, Liz Hernández, y que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) llegó con equipos para instalar en la Subestación de Energía, los pobladores de la Península de Atasta aceptaron finalizar con su protesta y quitar el bloqueo carretero que tanto afectó a miles de personas.
En 15 días se estará trabajando en la nueva subestación de CFE en la región, según acuerdos con Liz Hernández, secretaria de Gobierno de Campeche.
La manifestación, que comenzó el pasado viernes 4 de abril, concluyó alrededor de las 17:00 horas, de este lunes, luego de 76 horas de protesta. Según la secretaria de Gobierno, Elisa Hernández Romero, se trató de una demanda legítima, aunque con graves repercusiones para toda la región.
Desde el sábado, habitantes de Nuevo Progreso, San Antonio Cárdenas y Atasta accedieron a abrir el paso cada dos horas para vehículos pequeños, mientras esperaban una respuesta oficial. Por la mañana, se observó la llegada de camionetas de la CFE transportando equipo hacia la futura subestación eléctrica. Por la tarde, los comisarios de las comunidades confirmaron que el bloqueo sería levantado después de acuerdos con las autoridades.
El cierre de la carretera federal 180 dejó más de mil 600 tráileres varados, afectó la distribución de alimentos, medicinas y combustibles, como el gas LP, que comenzó a escasear en Ciudad del Carmen. Además, la región experimentó cortes de energía eléctrica y una caída en las redes telefónicas que dificultaron la comunicación.
En los próximos 15 días, las comunidades esperan observar mejoras en el suministro eléctrico, comenzando con la regulación del voltaje en las siete comunidades afectadas. Paralelamente, iniciarán los trabajos para poner en operación la Subestación Eléctrica en San Antonio Cárdenas.
La secretaria de Gobierno se comprometió a visitar la región cada dos semanas para supervisar los avances tanto en la infraestructura como en los servicios eléctricos.
La Península de Atasta ha sido escenario de ocho bloqueos carreteros entre enero y abril, la mayoría relacionados con demandas de servicios básicos. Estos cierres han generado pérdidas millonarias incuantificables, así como interrupciones en la cadena de suministros en la Península de Yucatán.
Durante este bloqueo, miles de pasajeros y transportistas quedaron varados, enfrentando pérdidas laborales y personales. Los productos básicos y medicinas no llegaron a tiempo, lo que incrementó los costos debido a rutas alternas. Este cierre, que duró casi cuatro días, superó cualquier antecedente en la región.