TABASCO. En los mercados públicos de Tabasco, como el José María Pino Suárez, Gregorio Méndez Magaña y Atasta, se evidencia una crisis sin precedentes, considerada así por comerciantes debido al incremento de los precios de la carne de res, que en 2025 ha alcanzado un aumento de entre 10% y 25% en el precio de la carne en canal, según reportan comerciantes locales.
Este encarecimiento, impulsado por problemas logísticos, tensiones internacionales y la escasez de oferta, ha provocado una caída en las ventas de hasta el 30%, afectando tanto a carniceros como a consumidores.
Los comerciantes señalan que la principal causa del alza es la logística del transporte. “Todo tiene que ver con el transporte, la logística”, afirma Fernando García de la Cruz, trabajador de la carnicería Tabasco, ubicada en los alrededores del mercado Gregorio Méndez Magaña en Tamulté.
El encarecimiento del combustible, los peajes y el traslado de ganado desde estados lejanos como Veracruz han disparado los costos. “Entre más lejos traigamos el ganado, más caro es; la gasolina, el cobro de caseta, el peaje”, explica Luis Manuel López Castillo, de la carnicería La Cruz Celeste en el mercado de Atasta.
A esto se suma el impacto de problemas sanitarios en el ganado, particularmente el brote de gusano barrenador, que ha limitado la exportación de ganado mexicano a Estados Unidos. “La poca exportación de ganado al país aumentó la demanda, pero no la oferta, y eso hizo que los costos del ganado subieran aún más”, detalla García de la Cruz.
Esta restricción ha generado un desabasto que eleva los precios en el canal, con incrementos de hasta 20 pesos por kilo en comparación con años anteriores, cuando los aumentos eran de centavos.
Las tensiones internacionales, agravadas por medidas comerciales impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, han complicado aún más la situación. Estas restricciones han encarecido las importaciones de insumos y carne, afectando los costos en Tabasco, donde, según López Castillo, “no es posible comprar ganado local, tenemos que traerlo de fuera”.
El precio del kilo de carne de res ha pasado de $190-$200 a principios de año a $205-$240 en junio de 2025, dependiendo del corte. Por ejemplo, el bistec cuesta ahora hasta $205 por kilo, mientras que la pulpa alcanza los $220-$240 por kilo, un incremento de hasta el 20% en algunos casos. Este aumento ha golpeado las ventas, que han caído entre un 20% y 30%, según los comerciantes.
Dorilián Pozo Pérez, locatario de la carnicería “La Güera y Don Dori” en el mercado José María Pino Suárez, con más de 40 años de experiencia, califica este aumento como “sin precedentes”.
“Ni en 2007, con la inundación, los precios subieron tanto; fue paulatino y no llegó a este porcentaje”, asegura. Pozo Pérez lamenta que las expectativas de un mejor panorama económico al inicio de 2025 no se cumplieron, y pronostica que “no se espera una baja en los precios”.
Por su parte, López Castillo describe la situación como “muy dura”, destacando que algunos comercios optan por no subir precios para retener clientes, pero esto lleva a pérdidas económicas. “Muchos locales tienden a cerrar porque no pueden sacar la inversión”, advierte por su parte García de la Cruz.
'AL POBRE YA NO LE ALCANZA PARA COMER CARNE'
Los consumidores también sienten el peso del aumento. María Tila Álvarez Isidro, quien compra carne de res cada quince días en el mercado de Atasta, nota un incremento de hasta $40 por kilo. “Los precios están altos, la verdad”, dice, prefiriendo carnes blancas por su menor costo.
María Sánchez, quien labora en un puesto de especias y verduras a las afueras del mismo mercado, sentencia: “el pobre ya no puede comer carne, porque está muy cara”. Sánchez recuerda que hace quince días sólo pudo comprar $100 de bistec, cuando antes adquiría hasta un kilo y medio. “El sueldo está bajísimo y las cosas están carísimas”, lamenta.
Los comerciantes coinciden en que los precios seguirán subiendo. “Cuando sube, ya no baja”, afirma García de la Cruz, mientras López Castillo sentencia: “Ahorita no hay un tope, sube y sube”. La combinación de problemas logísticos, restricciones sanitarias y tensiones internacionales sugiere un panorama complicado para el resto de 2025.
Ante esta situación, los consumidores recurren a estrategias como reducir las porciones de carne o sustituirla por opciones más económicas. No obstante, la crisis en los mercados públicos de Tabasco refleja un desafío mayor para la economía local, donde los altos precios amenazan la viabilidad de los pequeños comercios y el acceso de las familias a un alimento básico.









