TABASCO. Luego de la alerta de vecinos del río Seco próximo a la refinería Dos Bocas por el cambio de coloración de sus aguas, el biólogo especialista Eugenio Villanueva, explicó que este hecho corresponde al fenómeno eutrofización que es el término científico que recibe la acumulación excesiva de nutrientes inorgánicos en el agua.
Detalló que este proceso desencadena una proliferación de algas, en este caso la microalga conocida como dunaliella salina, que tiene una gran concentración de betacaroteno, que no es más que el elemento que provoca el color rosa en el agua.
Villanueva explica que el cambio ambiental en las aguas de ríos y lagunas se debe a la falta de lluvia y el extremo calor, lo que provocó la evapotranspiración; es decir, que ríos y lagunas perdieron agua y hay un incremento en la concentración de sales.
Además, se reduce el oxígeno y se da paso a la proliferación de las algas. A esos elementos se suma la contaminación de los núcleos urbanos cercanos a las márgenes de los brazos de agua.
“Nuestros humedales costeros están bajo mucha presión, recibiendo alta contaminación constante de los seres humanos. A eso se suma la sequía, el calor y la falta de lluvia”, señala el experto.
“Se ve bonito el color en el agua, pero la realidad es que es un desequilibrio ecológico; hay poca oxigenación, pero se reparará de manera natural cuando vengan las lluvias", apuntó.
De esta manera se echa por tierra la versión de que el pigmento rosa se debe a la contaminación ocasionada por la refinería Olmeca, ya que no se está vertiendo ningún residuo químico a las aguas de los ríos, sino por el contrario, se han respetado los manglares que lo bordean, pues albergan a las denominadas pesquerías, donde desovan múltiples especies.