TABASCO. Para esta conmemoración de los sismos de 1985 y 2017, se fijó una simulación de sismo con origen en Acapulco, Guerrero; con una magnitud de 7.5 grados en la escala de Richter, donde participaron alrededor de 117 mil ciudadanos, entre trabajadores de instituciones públicas y empresas privadas en Tabasco.
En punto de las 11 de la mañana, sonaron las alarmas al interior de los edificios del IPCET y el encendido de sirenas de camiones contra incendios, como un llamado a la responsabilidad y conciencia social.
De inmediato, dependencias de gobierno, plazas comerciales, tiendas, restaurantes, comenzaron a vaciarse.
En Villahermosa, corazón de las actividades sociales, políticas y económicas de la entidad, la movilización permeó de forma masiva hacia estacionamientos, calles, avenidas y lugares públicos que fueron ubicados como zonas de resguardo para hacer frente al hipotético sismo de 7.5 grados en la escala Richter, con epicentro en el puerto de Acapulco, Guerrero, que una vez más sacudió la memora colectiva.
Nadie olvida que hace casi cuatro décadas, el 19 de septiembre de 1985, la naturaleza nos hizo sentir en carne propia su fuerza devastadora, con el sismo de 8.1 grados que demolió a la Ciudad de México. Nadie olvida que hace 7 años, el 19 de septiembre de 2017, otro temblor de 8.2 grados, el de mayor magnitud en todo un siglo de historia nacional, causó severos estragos en el centro del país.
Estos desastres se mantienen vivos en la conciencia popular. Estas tragedias nos llaman año con año a la reflexión. Los sismos nos han enseñado la importancia de consolidar nuestra cultura de protección civil. Su impacto demoledor nos advierte que, aunque son eventos que no se pueden predecir, lo que sí podemos hacer es estar preparados.
Es el penúltimo jueves del mes patrio, y la Plaza de Armas, el icónico zócalo que une a los tres poderes del Estado: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, se convirtieron en cuestión de segundos en el área de protección para trabajadores y público en general que se integraron a la actividad convocada por las autoridades federales y estatales de protección civil.
Las Brigadas de Evaluación y Desalojo, y de Rescate y Salvamento, activaron a rajatabla los protocolos y de forma rápida, pero ordenada, que guiaban el despliegue ciudadano hacia los anillos de seguridad. Las sirenas no dejaban de sonar, pero los líderes de los brigadistas y rescatistas dictan instrucciones firmes y precisas para mantener la calma.
El titular del IPCET, José Tiburcio Solís Martínez, puntualizó que, en la sede del instituto, participaron 105 personas.
Informó que en la edición 2024 del Simulacro Nacional participaron en Tabasco un mil 193 inmuebles, y alrededor de 117 mil ciudadanos, entre trabajadores de instituciones públicas federales, estatales y municipales; así como de empresas privadas, y público en general.
Después de 2 minutos de desplazamiento del personal a los puntos de reunión; se procedió a la inspección de los edificios.
En dicha inspección, se encontró un conato de incendio en el área de almacén, el cual fue extinguido por personal del Cuerpo de Bomberos.
En el simulacro, se recreó la presencia de dos personas heridas, uno con quemaduras de primer grado y otra con un ataque de crisis nerviosa.