TABASCO. Cada año, el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo especial de reflexión, penitencia y conversión para los católicos. Este acto, cargado de profundo simbolismo, invita a la renovación espiritual y al arrepentimiento.
En Tabasco, este 2025 precedido por una espiral de violencia que no ha logrado ser frenada, los tabasqueños que profesan el catolicismo buscan plantear el inicio de la Semana Santa como una alternativa para la redención de todas aquellas personas envueltas en este ciclo que lacera y vulnera a las familias.
De acuerdo con las últimas estadísticas de 2020, casi un millón y medio de habitantes se declararon católicos esto es el equivalente al 77.1 por ciento de los hogares tabasqueños; sin embargo, es notorio que la población de 20 a 59 años ya registra un notable descenso en esta fe, no así en la niñez y los adultos mayores a partir de los 60.
En el contexto actual, y bajo estas circunstancias, el vocero de la Diócesis de Tabasco, Denis Ochoa Vidal dijo que la Cuaresma, especialmente para los jóvenes, ofrece una oportunidad invaluable de reconciliación con Dios y con uno mismo, con el fin de dejar atrás caminos erróneos y reconstruir una vida llena de propósito y esperanza.
"El gesto de recibir la ceniza en la frente no es solo un recordatorio de nuestra fragilidad humana, sino una invitación a iniciar un proceso de redención y purificación", abundó.
Explica que la Cuaresma es una práctica ancestral que evoca los 40 años que el pueblo de Israel pasó en el desierto antes de llegar a la Tierra Prometida, así como los 40 días que Jesús pasó en el desierto, donde enfrentó y venció las tentaciones del demonio. Es un tiempo de preparación para la celebración de la Semana Santa, un periodo de profunda reflexión sobre la muerte y resurrección de Jesucristo.
"La cuaresma es un tiempo de renovación en la vida, un proceso de conversión en el que el ser humano reconoce su pecado y su miseria, y busca restaurar su relación con Dios", señala el padre Ochoa.
La ceniza, colocada en la frente del creyente, es un signo visible de esa disposición a someterse a un proceso de renovación, buscando recuperar la amistad con Dios y la dignidad de ser criaturas hechas a imagen y semejanza de Él.
CAMINO DE REDENCIÓN
Para aquellos que sienten que han perdido el rumbo o han caído en un mal camino, la Cuaresma es una oportunidad única de redención.
En palabras del Padre Denis Ochoa, "es un tiempo de reconciliación y esperanza, un tiempo para recomenzar". Este llamado es especialmente relevante para los jóvenes que, a menudo, enfrentan múltiples desafíos, desde la presión social hasta el temor a la incertidumbre y las dificultades personales.
La Cuaresma ofrece un refugio espiritual, un espacio para reflexionar y, sobre todo, para transformar sus vidas a través de la fe y el arrepentimiento.
El sacerdote destaca que la Cuaresma no solo es un tiempo de penitencia, sino también de "obras de misericordia".
AÑO JUBILAR
El contexto del Año Jubilar, declarado por el Papa Francisco como un "Año de la Esperanza", añade una dimensión especial a esta Cuaresma. El jubileo, como tiempo de perdón y recomienzo, ofrece a los jóvenes la oportunidad de dejar atrás el pasado, con sus errores y malas decisiones, para comenzar una nueva etapa llena de esperanza.
El Papa invita a todos a "recomenzar la vida", un mensaje que resuena especialmente en un momento histórico marcado por la violencia, la inseguridad y la descomposición social.
"La Cuaresma es especialmente importante para los jóvenes, porque es un tiempo de reflexión sobre las decisiones que están tomando y sobre cómo pueden construir un futuro mejor", explicó el vocero de la Diócesis en Tabasco.
En un mundo que a menudo promueve una vida fácil pero vacía, llena de placeres momentáneos, el sacerdote recuerda que "lo bueno cuesta" y que el verdadero bienestar se encuentra en vivir una vida con Dios, enraizada en principios de amor, servicio y fe.
Este mensaje es crucial en un contexto donde muchos jóvenes se ven atrapados por las tentaciones de una vida fácil, caracterizada por el consumo de drogas, la violencia o la falta de propósito.
La Cuaresma ofrece una vía de escape de estas trampas, invitándolos a reconstruir su vida desde lo más profundo de su ser, con la certeza de que Dios los ama y desea lo mejor para ellos.