AQUILES SERDÁN, Paraíso, Tabasco.— Un acueducto levantado en la propiedad de un particular, sin que hasta ahora las autoridades federales hayan dado la cara para reparar el despojo, construido para llevar agua a la refinería Olmeca, sin que las poblaciones por donde pasa la obra de 25. 82 kilómetros de longitud, se beneficien con el vital líquido, mantiene enojados a los lugareños en la costa de Paraíso.

Según informes de PTI Infraestructura de Desarrollo —la filial de Pemex Transformación Industrial—, el sistema de captación de agua para que la refinería Olmeca produzca petróleo, tuvo un costo de mil 667 millones 83 mil 134 pesos. Lo integra una bocatoma colocada a mitad del río González —antes de alcanzar su desembocadura en el Golfo de México—, sobre una superficie elevada de 1,013.36 metros cuadrados, en un área que el Sistema de Información Geográfica para la Evaluación del Impacto Ambiental (SIGEIA) clasifica como de «actividad pecuaria».

Para conectar la plataforma de captación con tierra firme se construyó un puente de servicios, de 628.55 metros cuadrados, a una orilla del afluente, del lado del poblado Aquiles Serdán. En ese lado, una barda rodea lo que es la subestación eléctrica y de bombeo, de unos 1,556.67 metros cuadros.

Es precisamente en ese punto, donde doña Acacia Ramírez Quiroz, nativa de Aquiles Serdán, acusa la invasión y el despojo de casi mil metros cuadrados por parte de las autoridades federales. «La obra se empezó a construir, pero con nosotros nunca llegaron a ningún arreglo, ya que la obra se encuentra construida dentro de la propiedad de mi madre», explicó.

PTI, VAN OORD, SENER... NADIE SE HACE CARGO

Lo que ha vivido esta paraíseña amable es un calvario increíble. Los nombres de los funcionarios y personas enviadas a negociar con ella por parte de la Secretaría de Energía, de Pemex, de la empresa alemana Van Oord de México (una de las encargadas del acueducto) son muchos, pero ninguno se ha hecho cargo del daño que infringieron a esta humilde familia.

«Pedimos que nos pusieran en contacto con personas con quienes podríamos arreglar esa situación, porque los que venían eran los encargados de la obra de las diferentes compañías que estuvieron. Hasta que al final nos pusieron en contacto con un ingeniero, Fernando Martínez, que representaba a la empresa de Van Oord, de David Padilla, y un tal ingeniero Yuryen (ellos son alemanes).

»Se acercaron, tuvimos una plática con un ingeniero de PTI, y otras personas que supuestamente venían representando a la empresa Pemex, hablamos de darle seguimiento, de ver la situación hasta dónde nos afectaba. Nos pidieron documentos, nos pidieron un levantamiento topográfico, ¡todo se les proporcionó! Les dijimos que la propiedad está registrada en el Registro Público de la Propiedad, y nunca tuvimos una respuesta».

Ramírez Quiroz señala que la propiedad a nombre de su padre, ya muerto, quedó intestada, pero su madre sigue viva, aunque muy enferma, y con ayuda de un albacea podrían negociar un pago por la invasión del terreno.

«No nos oponemos a la obra, al progreso, no nos oponemos. Pero hasta la fecha no nos han indemnizado, no nos han pagado, ni nos pagan renta. Cuando se habló de una renta vitalicia para mi madre, que la tenemos un poco malita y está en silla de ruedas, tampoco quisieron. No la aceptaron.»

Doña Acacia buscó hablar con el paisano presidente y con el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, pero no consiguió que la recibieran. Sin embargo, no pierden las esperanzas de obtener justicia.

«Acudieron aquí a la casa de mi madre, a su humilde casa, varias personas ,como el licenciado Solá, un tal Luigi, otros licenciados, otras personas... de la Secretaría de Gobierno, supuestamente para que ellos intervinieran. Quedamos en que se iba a realizar un levantamiento topográfico, para ver dónde queda la obra y qué es lo que nos afectaba y saber cómo nos íbamos a arreglar: si nos iban a dar una indemnización, una renta vitalicia o nos iban a pagar como compra. Hasta el día de hoy, en conclusión, no hay respuesta con lo de nosotros, ni beneficio para la comunidad.»

AHORA PESCAN EN LA MITAD DEL RÍO

La pesca del robalo ha sido muy baja este año para los pescadores que viven en las márgenes del río González. El nivel del afluente ha descendido. Si de por sí, el mar abierto está restringido para sus embarcaciones a fin de proteger las plataformas petroleras, sembradas a lo largo de la costa tabasqueña, ahora, con el acueducto que sacará agua del río González para transportarla hasta la planta de pretratamiento, en las instalaciones de la refinería, el área para tirar sus redes se achicó en aguas dulces.

«Nos pusieron la toma de agua que lleva aquí la presa, la toma de agua que agarran de aquí hasta Dos Bocas, también jala bastante agua, y nos está perjudicando, ya no podemos pescar como debe de ser. los ríos donde pescábamos, donde tirábamos nuestras redes. ¿Por qué? Porque los tubos las traban, y aparte van agarrando brumas, que se le pegan a los muros, nuestras redes pasan pero se traban y las desgarran, ya no es lo mismo, tenemos que pescar de la mitad del río hacia allá porque de la mitad para acá no se puede porque la tubería no está enterrada, sobresale».

Desde la bocatoma a la que se refiere don Isidro Gómez Pérez, presidente de la Cooperativa de Pescadores Aquiles Serdán, la tubería corre asentada debajo del cauce, unos 10.34 kilómetros hasta salir al poblado Chiltepec.

Como cada tramo ocupa un ancho aproximado de 10 metros, la superficie que abarca el acueducto dentro del lecho del González es de 103 mil 400 metros cuadrados. Esa es el área restringida ahora para los pescadores.

Los 30 socios de la cooperativa fueron invitados a dos reuniones por las compañías a cargo del acueducto —Van Oord , Proyecta y Huerta Madre—, y en ellas les aseguraron que la tubería iría enterrada y no les afectaría.

«En la reunión quedamos que ellos lo iban a enterrar, que no nos afectaría en la pesca. Y la verdad no lo hicieron, no se hizo el proyecto como estaba esperado. El proyecto nos afecta bastante porque no podemos pescar bien.»

De la cooperativa dependen unas 200 personas, pero ni para ir a reclamar porque «ya terminaron la obra y aparte, no te dejan entrar, están los soldados custodiando la entrada. Nada que ver. Llegan los de Pemex en sus camionetas y se encierran y no dejan pasar a nadie».

TUBERÍA CORTA EN DOS PANTEÓN DE PÉNJAMO

Después de recorrer 10.34 kilómetros sobre el lecho del río, la tubería del acueducto deja el agua del González, y atraviesa terrenos de la colonia Pénjamo, en Chiltepec, que el SIEGA clasificó como «agrícolas de temporal».

El rastro del acueducto puede seguirse a simple vista porque la tubería está enterrada a solo un metro 20 centímetros, por encima del lomo de cada tubo, pero se ha dejado un camellón paralelo del lado opuesto en que se distribuye la tubería, con acarreo libre horizontal hasta de cuatro metros. La superficie que ocupa esta segunda etapa antes de entrar la tubería a las aguas del rio Seco para salir a terrenos de la refinería es de 105 mil 500 metros cuadrados.

El actual delegado de la colonia, Juan Manuel Segura Jiménez, muestra el panteón de Pénjamo atravesado por una loma que, tarde o temprano, si no es que ya, hará inservible el camposanto para sepultar más difuntos.

«Fue descuido de la comunidad o de los delegados en turno o de la misma compañía que no tuvo la precaución de hacer las cosas bien. Esto se quedó así, con el montón de arena que hay ahí, quiere decir que el tubo está encima, es un riesgo porque tiene una presión bastante fuerte para empujar el agua», expone Segura Jiménez.

En Pénjamo también hubo dos reuniones de la comunidad con los encargados de la obra. «La comunidad hizo la petición de que se bardeara el cementerio y se construyera un velatorio. Iban a ver apoyo social para la comunidad, iban a engravar y componer calles de Chiltepec y Playa Bruja, pero al final de cuentas se fueron y no supimos nada. Por la Isla también hubo acuerdos con la cooperativa, el sector pesquero, y también se hicieron patos».

—¿Usted cree que la 4T lo arregle? —se le pregunta

Y el de Chiltepec sonríe antes de dar su respuesta:

—La 4T lo hizo, esperemos que busquen solución. Esperemos que las autoridades de allá arriba busquen solución. Se les permitió pasar, pero tampoco hubo beneficios para la comunidad.

Y la falta de beneficios queda más clara cuando se considera que el acueducto, construido por un gobierno que se llama así mismo humanista, prefirió invertir en agua para producir combustible que en dársela a sus habitantes.

En Aquiles Serdán, Chiltepec, El Banco, El Bellote, Tornolargo, Puerto Ceiba y la colonia petrolera Lázaro Cárdenas, las llaves del sistema potable están herrumbradas y el líquido lo sacan de sus pozos tradicionales y las bombas mecánicas en los patios.