TABASCO. Las arrugas que, a sus 57 años, se asoman en su rostro no alcanzan a ocultar las huellas del sufrimiento que acumuló durante 20 largos años de maltrato. Las golpizas, los insultos, la ruindad de quien juró amarla y respetarla, están tatuadas en su mente, en su alma, en su cuerpo.
“Todo el tiempo estaba morada del cuerpo, me golpeaba demasiado, era un hombre tomador, se metía antes que nosotros a la casa y cerraba la puerta para dejarnos afuera, sobre ella atrancaba los muebles para que no pudiéramos pasar, y amanecíamos durmiendo cerca de una caseta de policía en la calle Aldama”.
El desgarrador testimonio proviene de doña María Reyes, protagonista de una de las tantas historias de mujeres maltratadas, abusadas por sus parejas que, el 25 de cada mes, buscan ser escuchadas y visibilizadas en el marco del Día Naranja, instrumentado para generar conciencia y prevenir la violencia contra la población femenil.
El tormento que doña María vivió gran parte de su vida, llegó a su final hace 5 años. Ella por fin pudo librarse de la violencia física y psicológica, no por la acción de la justicia, sino por el fallecimiento de su esposo, un alcohólico empedernido que lo único que dejó, fue un mal ejemplo para sus dos hijos varones. Hoy, uno de ellos, también tiene problemas con la bebida.
La casi sexagenaria narra que, aún en el ambiente de violencia, logró encontrar fuerzas y valor para denunciar a su pareja. ‘Lo hice, pero no recibí ningún apoyo y los testigos que presenté para defenderme, en lugar de ayudarme, me pidieron dinero a cambio, cosa que no pude darles, porque vivía al día y lo que ganaba trabajando era para mantener a mis hijos’, se lamenta.
LA CIFRA NEGRA
De acuerdo con los datos sobre violencia contra las mujeres que posee el Centro Nacional de Información (CNI), de enero a septiembre de 2024 se registraron 598 casos de feminicidio a nivel nacional, aunque esta cifra sólo toma en cuenta aquellos que llegaron a integrarse en carpetas de investigación.
El Estado de México es el número uno, con 52 delitos de ese tipo. Tabasco está en el lugar 12, con 19 casos confirmados.
Sin embargo, para los colectivos pro feministas estos números distan mucho de la realidad. En la llamada “cifra negra”, hay muchísimos más delitos de este tipo que no han sido reportados ante un Ministerio Público o que no son objeto de una averiguación previa, y por lo tanto no figuran en ninguna estadística.
Una activista del Colectivo Feminista "Mujeres CEIBA Tabasco”, Claudia Caballero, retoma el caso de la estudiante universitaria asesinada dentro de un gimnasio en la ranchería Anacleto Canabal, del municipio de Centro, ocurrido en octubre pasado, para dimensionar la gravedad de la situación y contradecir los reportes oficiales.
“Con ese caso sumaban 36 feminicidios en lo que va de 2024…pero la Fiscalía General del Estado sólo tiene abiertas 14 carpetas de investigación que aún están en espera de solución”, critica.
‘YA VAS A LLORAR COMO UNA PERRONA’
Un testimonio de violencia más. La señora Evelin “N”, en entrevista con Sintexto, revela ‘la vida de perro’ que le daba su consorte.
“Muchas veces, mientras dormía a mi niña pequeña, su padre me empezaba hacer preguntas, yo intuía el rumbo que tomaría la conversación, y como mecanismo de defensa siempre le pedía que platicáramos en otro momento”, recuerda, con esa angustia que exudan todas las mujeres que en algún momento de su vida fueron víctimas de maltrato.
El desenlace de esos altercados provocados por su compañero era el mismo. “Me culpaba de todo, sus palabras subían de tono, yo rehuía a la discusión y eso lo enfurecía más…sus reclamos, sus palabras, venían acompañados de insultos. Uno de ella todavía me retumba en la cabeza: ¡ya vas a empezar a llorar como una perrona!”, señala, con mirada apagada, entristecida.
Pero la cosa no paraba allí. “Después que me decía lo que quería, se acercaba a mí para abrazarme y decirme que lo único que buscaba era hablar conmigo, pero a qué costo, no lo sé”, se pregunta, al enlistar, entre las agresiones: jaloneos, golpes, la quema de su ropa, la rotura de su teléfono celular. Lo peor de todo, acota enfurecida, “es que esto me lo hacía frente a mi pequeña”, esa nena que los dos habían procreado con “amor”.
En la actualidad muchas historias como éstas se replican diariamente en millones de hogares del planeta. La violencia y sus graves consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las y los niños, son “el pan nuestro de cada día”.
Para la psicóloga Lorena López “la violencia física y psicológica que las mujeres permiten se debe a que la llegan a normalizar; son agresiones que empiezan con un jaloneo y llegan hasta los golpes o en ocasiones hasta la muerte; es un círculo vicioso del que después, ellas mismas, se sienten incapaces de salir”.
Reconoce que “hay muchas mujeres que llegan a acostumbrase y que incluso justifican el maltrato, diciendo que su pareja es así o que tiene un mal carácter, lo llegan a ver como algo normal”.
La especialista urge a quienes son violentadas a buscar apoyo psicológico con un profesional. “Sólo así van a encontrar la fuerza para salir de un entorno de violencia que no sólo las afecta a ellas, sino también a sus hijos y todos los que la rodean”, asevera.
Informa que en Tabasco existe un Centro de Justicia, Empoderamiento e Igualdad para las Mujeres, que sólo de marzo a octubre de 2024 brindó atención a 410 mujeres violentadas. Concluye que, en esta área, las tabasqueñas pueden encontrar una salida jurídica y psicológica para enfrentar sus problemas, e incluso para encauzar sus casos por la vía penal.