TABASCO. Aunque el repunte de ventas estuvo al máximo mientras duró la construcción de la Refinería Olmeca, los corredores gastronómicos del municipio de Paraíso ahora resienten bajas ventas por el clima de inseguridad que se vive en todo Tabasco.
Tal es el caso del corredor de comidas de pescados y mariscos que va de la colonia "Miguel de la Madrid" al Bellote, donde, de 15 establecimientos que abrieron hace 5 años, solo permanecen 10 en funcionamiento.
“Por la cuesta de enero se puede decir que ha bajado en un 40 a 50 por ciento, varía. Depende porque también están las inclemencias del tiempo. Si por la crisis y la situación de la violencia, que lamentablemente está pasando. La gran mayoría de los clientes son de Cárdenas o Villahermosa y ya tienen el temor de venir”, reconoció Gerardo Madrigal, propietario de la palapa familiar "La Lupita".
Aclaró que en el corredor gastronómico hay mucha tranquilidad, pero el problema de inseguridad persiste en otras zonas del estado, lo que impacta en el alejamiento de la clientela.
En su caso indicó que a la semana sólo está llegando una familia o bien dos personas a consumir a estos establecimientos que se ubican sobre la carretera federal Paraíso-Bellote.
Agregó que meses atrás permanecían con insumos de hasta 60 kilos resguardados, ahora sólo dos kilos de cada producto diario ante las bajas ventas de comida en la zona, e incluso esta situación lo ha obligado a dar promociones con descuentos de los platillos para atraer comensales.
Un tanto optimista, Gerardo Madrigal estima una recuperación de un 70 por ciento para este próxima cuaresma, que inicia en el mes de marzo.
En el caso de la venta de las arpillas de ostiones, las ventas también han caído un 80 por ciento y la situación crítica lleva ya siete meses, dijo don Daniel Díaz Alejandro.
En épocas de buenas de ventas se vendían hasta tres arpillas y ahora nada o si bien les va, un saco del producto, compartió a Sintexto.
“Creo que se debe a todo, por esta cosa de la refinería, se han ido los trabajadores. Y esta cosa de inseguridad. Se ha puesto dura la situación y tenemos la esperanza de que este próximo mes sea bueno para las ventas”, manifestó.
Daniel Díaz, junto a su esposa Guadalupe de la Cruz Hernández, también venden agua de coco, pero la demanda del producto tampoco es buena a causa de que, con la culminación de la obra de la Refinería Olmeca, ya no hay clientela.