Un terremoto nocturno, de 6.2 grados Richter, ocurrió al noroeste de China, a 101 kilómetros de la ciudad de Lanzhou, dejando hasta el momento 118 personas fallecidas, 800 persona heridas, decenas de desaparecidas y daños graves a edificios y viviendas, algunos de los cuales colapsaron.
Los servicios de rescate removían los escombros, logrando sacar con vida a personas atrapadas entre ellos. El gobierno de Taiwán, que mantiene tensiones diplomáticas con su par chino, expresó sus condolencias y ofreció asistencia.
Las réplicas después del terremoto continuaban mientas el gobierno chino de Ji Xinping pedía a los rescatistas redoblar esfuerzo para salvar vidas. Además de la provincia de Lanzhou, también Qingha había sido severamente afectada por el terremoto.