TABASCO. La promesa del 21 de noviembre de 2023 hecha por el entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador de construir un sistema de salud "mejor que el de Dinamarca", para el caso de Tabasco, al parecer tendrá que esperar al menos 2 o 3 años más tras el anuncio de la actual mandataria y autoproclamada sucesora de la continuidad de la Cuarta Transformación, Claudia Sheinbaum Pardo, esto durante su visita al estado para inaugurar la renovación del área de Hemodiálisis del Hospital de Alta Especialidad, "Dr. Juan Graham Casasús".
Tras el fracaso del INSABI que terminó por desaparecer y la Megafarmacia que ya fue sustituida por otro modelo de "Rutas de la Salud" que ahora prometen llevar a las comunidades más apartadas los medicamentos necesarios, ahora la presidenta de México de forma ambigua anunció "el día de hoy me vengo a comprometer con ustedes que en los siguientes 2 a 3 años, vamos a hacer una inversión de dos mil millones de pesos para el estado de Tabasco para el sistema de salud".
Aunque en su intervención durante este acto, la presidenta proclamó que el sistema de salud es un derecho universal, los testimonios de los usuarios de los servicios médicos públicos en las calles y hospitales locales, contradice esa imagen de progreso.
La mandataria presumió que hoy el acceso a la salud es homogéneo “no importa si se está en Sonora, Tabasco, Yucatán o CDMX”, evocando aquel comentario del expresidente López Obrador de que “México tiene un sistema mejor que el de Dinamarca”. En Tabasco los hospitales públicos continúan sin insumos básicos: en Macuspana, los pacientes denuncian falta de medicamentos, personal y equipo esencial. Los testimonios en redes sociales no se hicieron esperar: “Nueve meses sin medicinas” tituló un reciente video, y otro en Instagram muestra hospitales sin tratamientos para cáncer, epilepsia o VIH.
Pese a los cuantiosos anuncios de la 4T, pacientes en Villahermosa siguen sin gasas ni medicinas en el IMSS Bienestar “Dr. Juan Graham Casasús”, según denuncias reportadas en Sintexto.
Promesa en pausa
En junio pasado, el dirigente priísta local, Miguel Barrueta Cambrano alertó que Tabasco alcanza apenas un 75% de abasto médico, con hospitalizaciones de oncología suspendidas por falta de insumos; mientras su Gobierno celebraba inversión millonaria, la población se ve obligada a comprar medicinas fuera del sistema público.
Las respuestas oficiales hablan de “reversión significativa del desabasto” a nivel nacional, pero expertos y laboratorios advierten que persisten nuevas fallas en logística, distribución y pagos pendientes por miles de millones. Esa “crisis supurante” demuestra que la solución está lejos de completarse.
Mientras tanto, los tabasqueños se resignan a gastar su dinero en medicinas que el sistema no proporciona. Compran genéricos impuros o llenan recetas fuera del sistema. Y para colmo, el sistema de atención primaria sigue siendo letra muerta.
Si Tabasco aspirara a un sistema como el de Dinamarca, debería empezar por garantizar lo básico: medicamentos disponibles, personal suficiente, atención continua. Sin eso, los tomógrafos y las banderas políticas son meras promesas huecas. En Tabasco, a tres años de ese ideal danés, la salud permanece en crisis.









