TABASCO.- En diversos puntos de la ciudad de Villahermosa la utilidad de los puentes peatonales se ha diversificado, en algunos casos escasean los usuarios y más bien sirven para colocar publicidad, y otros como espacio para vendedores ambulantes.
La ubicación y tamaño de estas estructuras son propicias para anuncios espectaculares, y es así que son concesionadas para explotarlas económicamente; o también usadas para la venta de diversos artículos: artesanías, dulces, golosinas, moños para el cabello y accesorios para celulares, entre muchas otras cosas.
Esto es lo que piensan los usuarios: Leonel Jiménez, peatón que circula todos los días en el puente que se ubica en Plaza Las Américas comenta que la instalación de lonas y pendones es peligroso, "pues se desprenden y cualquier persona se puede enredar y caer. Es riesgoso sobre todo para los niños y las personas de la tercera edad”, señaló.
También se quejó de los vendedores ambulantes, y mencionó que cuando llueve dichas estructuras se convierten en un peligro mayor, por lo que solicita a las autoridades revisen y regulen esos aspectos.
En el puente ubicado a la altura de la Central Camionera, en la avenida Ruiz Cortínes, hay instalados vendedores ambulantes que han permanecido ahí por mas de 15 años.
La mayoría de los puentes peatonales en Villahermosa contienen publicidad tanto en los barandales como en el techado; las lonas son amarradas con alambre galvanizado que muchas veces están sueltos y son un riesgo.
Otro peatón, Carlos Díaz indicó: “en lugar de preocuparse por vender publicidad deberian de considerar darle mantenimiento a los puentes, porque no están en las mejores condiciones, tienen partes oxidadas, apuntó.
El puente de la avenida Universidad, frente a la UJAT, que actualmente se encuentra en proceso de remodelación, es una estructura muy transitada por jóvenes estudiantes y además es célebre por portar lonas de todo tipo, incluso declaraciones de amor, búsqueda de mascotas o de personas desasparecidas.
Otro famoso puente, pero este sobre el río Grijalva, es el Manuel Pérez Merino, el cual cuenta además con un mirador y abundan vendedores ambulantes; hay cuatro bien establecidos y otros más que van y vienen a diario.
Honorio López es uno de ellos, sin embargo se queja de las bajas ventas en esa zona, “no hay venta, solo da para sobrevivir, ya que la canasta básica ha aumentado". Honorio vende artesanías y elabora pulseras; él tiene 20 años vendiendo por ese lugar, y con el correr de los años ha tenido que pagar a las autoridades en turno por realizar esa labor, otras veces los permisos se los otorgan sin costo.
Aunque su principal uso es resguardar la seguridad de las personas para evitar que sorteen los peligros de atravesar calles muy transitadas, los puentes peatonales permanecen ahí, como gigantes de acero multifuncionales y aprovechados por quienes saben sacar provecho y ventaja de todo lo que se puede.









