El Papa Francisco fue sepultado este sábado en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, tras un multitudinario adiós al Pontífice venido del "fin del mundo" que puso a los desfavorecidos en el corazón de la Iglesia católica.
La inhumación tuvo lugar a las 5:30 horas, tiempo del centro de México, durante un rito presidido por el Cardenal Camarlengo Kevin Farrell, en presencia de familiares del jesuita argentino.
"
El rito se desarrolló según las prescripciones del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, presidido por el Cardenal Camerlengo, en presencia de los indicados en la correspondiente Notificación de la Oficina de Celebraciones Litúrgicas y de los familiares del Papa difunto, y concluyó a las 13:30 horas (hora local)", informó la Santa Sede.
La tumba del Santo Padre es fiel a la imagen de sencillez que se labró: de mármol procedente de la zona del norte de Italia de donde era originaria su familia y con "Franciscus" como única inscripción. El público podrá visitarla a partir de mañana 27 de abril.
Al menos 400 mil personas siguieron la jornada de despedida en la calles de la capital italiana y en la Plaza de San Pedro del Vaticano y sus alrededores, donde tuvo lugar la misa funeral.
Su entierro, el primero de un Papa fuera de los muros del Vaticano desde León XIII en 1903, puso fin a 12 años de un Pontificado marcado por la defensa de los migrantes, el medio ambiente y la justicia social.
Previamente este sábado, el ataúd con los restos de Francisco fue recibido por unos 40 migrantes, presos, personas sin hogar y personas transgénero, cada uno con una rosa blanca. Su presencia fue un símbolo de su preocupación por los marginados.
Durante el trayecto a Santa María la Mayor, los portadores del féretro se detuvieron ante el ícono de la Virgen que Francisco veneró en su último saludo, y cuatro niños depositaron rosas blancas en el altar de la capilla que alberga el ícono.
Los portadores continuaron con el ataúd hacia el nicho donde Francisco fue enterrado bajo una sencilla lápida con su nombre en latín.
Las imágenes de los medios del Vaticano volvieron al ícono y luego al exterior de la Basílica para permitir que el entierro se llevara a cabo en privado.
El ataúd del Pontífice recorrió las calles de Roma a bordo del papamóvil durante un día soleado de primavera, ante la mirada de unas 150 mil personas.
El todoterreno blanco parcialmente descapotable recorrió primero las calles de la Ciudad Eterna, pasando frente a lugares emblemáticos como el Coliseo y los Foros Imperiales, donde los fieles estaban atentos al recorrido del cortejo fúnebre.
"Soy católico, pero no practicante, y por primera vez me sentí representado por el papa Francisco, más allá de ser argentino, por todo lo que hizo", aseguró a la AFP Diego Borigen, un informático argentino de 33 años de vacaciones en Roma.
Las exequias en la Plaza de San Pedro empezaron a las 10:00 horas, horario de Roma (2:00 horas, tiempo de CDMX).
Ante miles de fieles y dignatarios mundiales como Donald Trump, el Cardenal decano Giovanni Battista Re destacó sus "innumerables" .
"Fue un Papa en medio de la gente con el corazón abierto hacia todos" y prestó "especial atención" a "los últimos de la tierra, los marginados", subrayó durante la homilía.
Semanas antes de morir, el jesuita argentino criticó con dureza la política estadounidense de expulsar migrantes. Esto no impidió que Trump alabara a un hombre "fantástico" que "amaba el mundo".
Otra de las luchas del Santo Padre, que el Cardenal decano recordó, también resonó con fuerza en la Plaza, cuando Estados Unidos intenta lograr un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, en guerra desde febrero de 2022.
"El Papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles" a las guerras, subrayó el purpurado, entre aplausos del público.
Las exequias del Pontífice sirvieron de escenario para una discusión entre Trump y el presidente de Ucrania Volodimir Zelenski, en la Basílica de San Pedro, la primera tras la tensa visita del europeo a la Casa Blanca en febrero.
El cardenal Jorge Mario Bergoglio escogió su nombre de sumo pontífice en homenaje a San Francisco de Asís, el Santo de los pobres, cuando fue elegido el 13 de marzo de 2013.