La polémica representación de la Última Cena en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024, donde se igualó a la imagen religiosa pero remplazando a los personajes bíblicos con personas de la comunidad LGBTQ, fue criticada a nivel mundial.
El Obispo Gerardo de Jesús Rojas López externó su descontento; Monseñor hizo la comparación de unos vecinos, uno de ellos tira sus desechos a la puerta de otro habitante de la misma zona, como respuesta este ciudadano le pone en su puerta una canasta de fruta.
En la reflexión Gerardo de Jesús nos dice que “cada quien da lo que tiene”; sobre lo ocurrido en París 2024 declara “a algunos les parece que esta muy bien, quizá, porque estén igual, pero una persona limpia y de recta intención que sabe respetar no lo aceptaría”.
Añade que las personas que dicen la frase: “siempre digo la verdad y no tengo pelos en la lengua” no están hablando desde su libertad, están siendo, según las palabras del obispo, imprudentes y groseros.