CHIAPAS. La caravana Viacrucis Migrante retomó su ruta hacia la Ciudad de México tras descansar en el municipio de Mapastepec, a una semana de camino, los estragos son terribles; Deshidratación, ampollas, desnutrición, dolor de cabeza, desmayos, fiebres.
Mujeres y niños quienes más sufren; para ellos seguirá el calvario, una eterna semana de cargar su cruz.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por frenar el movimiento migratorio, el contingente integrado por más de dos mil 500 personas llegó este lunes por la tarde a Pijjiapán.
“Siempre caminando para delante y nunca para atrás, que nos apoyen. La verdad lo que queremos es pasar, no molestar y menos causarles problemas”, señaló Francis, integrante de la caravana.
Además de los peligros a los que se enfrentan al caminar en la carretera, los migrantes ahora también temen ser víctimas del crimen organizado, pues en las últimas semanas la violencia en Chiapas se ha intensificado por la disputa de territorio que mantienen los carteles de la droga.
“Claro que tenemos miedo, pero no tenemos otra opción más que esto. El miedo está con nosotros, pero vamos con Dios, es lo que cuenta”, indicó el hombre de origen hondureño.
Este martes los migrantes partirán en caminata de Pijijiapán a Tonalá, aunque aún albergan la esperanza de que el gobierno mexicano les brinde documentos que les permitan transitar de manera legal por México y evitar seguir exponiéndose.













