A diferencia de lo que sucede en otros rubros de la administración pública en Tabasco como es el caso de la seguridad que ofrece a sus habitantes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público reportó que el estado registró la mayor disminución de su deuda pública en relación al resto de los estados del país al pasar de 5,048 a 3,426 millones de pesos casi el 50 por ciento de lo heredado en 2018.
Según el reporte, Hacienda atribuyó este hecho a un mejor manejo de las finanzas públicas según la evaluación que abarcó hasta el tercer trimestre de 2023, esto es que hasta el mes de septiembre que abarcó el análisis, Tabasco alcanzó una disminución del 32.1 por ciento anual para ubicarse en el quinto lugar referente a este rubro de Aguascalientes, Campeche, Baja California Sur y Guerrero.
Este comportamiento de acuerdo a especialistas financieros puede atribuirse a un comportamiento más responsable ante la oferta de crédito evitando la contratación de nuevas obligaciones que podrían resultar contraproducentes en un escenario de incremento de tasas de interés que multipliquen la deuda, en concordancia con el Sistema de Alertas de la Ley de Disciplina Financiera, en donde de manera trimestral se mantienen constantes, con los resultados obtenidos de “Deuda Sostenible”.
Antecedentes de la deuda
A 45 días de concluir la administración de Andrés Granier solicitó un empréstito autorizado por el Congreso de 4 mil 130 millones de pesos, su sucesor Arturo Núñez a su llegada al gobierno en 2013 reveló que el total de los pasivos heredados ascendía a casi 23 mil millones de pesos, una cifra muy distante de la que les dejó Manuel Andrade como gobernador en 2006 de tan solo 450 millones de pesos.
En 2018 al asumir la gubernatura Adán Augusto López Hernández la deuda ascendía a 6 mil 591 millones de pesos, prácticamente el doble de lo que actualmente se reporta como deuda de Tabasco.









