PRAGA, REPÚBLICA CHECA.— David Kozác, el estudiante de la Facultad de Filosofía y Artes, de la Universidad Carolina, que mató a 15 personas y dejó heridas a 25, ha sido descrito por sus compañeros de aula como un alumno aplicado.
No obstante, el multihomicida llegó a escribir en sus redes sociales: «Odio al mundo y quiero dejar tanto dolor como sea posible». Un amigo suyo alertó horas antes de la tragedia que Kozác se quería suicidar. Cuando los agentes arribaron a su domicilio sólo encontraron el cuerpo de su padre sin vida. Se cree que Kozác, luego de asesinarlo, se dirigió a la Universidad Carolina, donde estudiaba.
David salió con una de las armas que su padre poseía con permiso oficial. La Constitución Checa concede una licencia para quien desee tener un arma. Se exige pasar un examen riguroso antes de obtener la autorización. El padre del tirador poseía una licencia y un pequeño arsenal en su casa.
Los agentes checos relacionaron a Kozác con otros crímenes que implica también asesinatos: el de un hombre con su bebé de dos años, victimados a tiros en un bosque la semana anterior al tiroteo.
Ante la ola de críticas que ha recibido la agencia de seguridad nacional por la demora en su actuación en la plaza Jan Palach, los agentes han dicho que llegaron cuatro minutos después de que Kozác hizo el primer disparo. El agente tuvo que esperar unos minutos a que llegaran los refuerzos para subir al techo y detener al agresor, que disparaba a los transeúntes que pasaban por la plaza.
Testigos del multihomicidio compartieron videos donde se puede ver a los estudiantes esconderse detrás de las cornisas, suspendidos a unos metros del piso, para no ser vistos por el francotirador.
Daviz Kozác se quitó la vida antes de que pudiera ser detenido por agentes de seguridad. Multitudes de personas colocaron velas este viernes 22 de diciembre, en el centro de la plaza donde ocurrió el tiroteo, para rendir tributo a las víctimas y heridos en lo que es calificado como el peor tiroteo masivo en la historia del país.