Nacajuca, Tabasco.- La cita bíblica de Corintios 5:20-6:10 dice: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo”, haciendo referencia a los sacerdotes que predican la palabra; pero ¿Qué pasa cuando el párroco está haciendo mal uso de esta y tiene a la comunidad en contra?
Siempre se tiene al presbítero como al líder de una iglesia, como si este fuera el que tiene la última palabra de todo y sus fieles siguen ciegamente lo que predica, pero en Nacajuca, Tabasco, en la parroquia “Santa Cruz” y las tres ermitas aledañas “San Sebastián” de Ejido Arroyo, “Santa Lucia” de Saloya 1ra y “San Pedro y San Pablo” de Saloya 2da, no están para nada conformes con lo que el sacerdote Ignacio Vargas ha hecho con la iglesia.
“Aquí realmente ya nosotros no queremos al padre; que lo cambien (…) pero nosotros ya no queremos al padre Ignacio, no tengo nada en contra de él, pero sí de sus actitudes, yo estoy metida ahí porque yo fui parte de la iglesia, yo vi desde adentro que pasaban anomalías, amenazas, humillaciones, acosos, y yo creo que no se vale” declaró para Sintexto Rocío del Carmen Cupil Quiroga.
Rocío es una habitante de Saloya 1ra, que ha pasado gran parte de su vida llegando a este en el templo, así como ella hay un grupo de personas que se quejan del padre Ignacio, el cual ya lleva 8 años en esta comunidad, cuando normalmente los sacerdotes tienen un periodo de 4 o 5 años en cada iglesia.
Además de tener aptitudes ofensivas, acusan a Ignacio Vargas de mandar a los ministros a sustraer el santísimo de la ermita para que los fieles no puedan ir a orarle, pero Cupil Quiroga revela que el sacerdote tomó esta decisión porque la comunidad pidió una rendición de cuentas.
“Esto del santísimo fue porque nosotros fuimos a hablar con la coordinadora, le pedimos amablemente que nos dijera y nos informará sobre la situación de los 75 mil pesos (que la comunidad había recaudado), en lugar de hacer eso se nos puso a decir cosas”.
Además, la comunidad añade que los cercanos al padre, agarran el dinero de la ermita, para “pagar los boletos de una rifa y unas vacaciones del sacerdote”.
Actitudes no aptas para un eclesiástico
“La impuntualidad del sacerdote en las misas, los domingos te decía que la misa es a las diez y llegaba once y media (…) la coordinadora de la iglesia lo iba a buscar a su casa llegaba y estaba desayunando el sacerdote, ‘padre, ya es tarde’ le decía la coordinadora y él que contestaba que se esperen, se tiene que esperar” externó Cupil.
Por otro lado, el grupo que se manifiesta en contra del sacerdote, indica que durante el sermón cada domingo en la misa revela lo que los fieles le dijeron en secreto de confesión, exponiendo a los que confiaron en su silencio.
Asimismo, se encargó de desintegrar a varios grupos que conformaban a la iglesia, como lo son: La Pastoral de Jóvenes y Adolescentes, Catequistas y la Legión de María.
“Entonces esto ha provocado que mucha gente se ha alejado de la iglesia, me voy a ir mejor a Pomoca, al Tigre, al Guácimo, se ha quedado la iglesia sin servidores y sin personas para oír la bendita misa” sentenció Rocío.
Diócesis de Tabasco no actúa
“Necesitamos un pastor que nos guíe que realmente tenga ese amor, esa humildad; porque déjeme decirle que por experiencia propia el padre Ignacio no tiene nada de eso, lo único que le pedimos es que ya se vaya, ya le toca en otra comunidad para que nosotros podamos avanzar” expresó Rocío.
El Obispo de Tabasco, Gerardo de Jesús Rojas López, ya tiene conocimiento de esta situación, debido a que la comunidad le entregó en sus manos una carta donde externaban todas las inconformidades que tenían, pero solo recibieron una llamada del personal de la Diócesis para que tuvieran “paciencia”.
En la rueda de prensa dominical que realiza el Monseñor fue cuestionado por esta situación.
“Ya se solucionó, yo creo que esta noticia ya es atrasada (…) estamos en eso, es una noticia atrasada, ya está en paz la gente, ya mandaron una carta de agradecimiento” declaró Rojas López.
Es importante destacar que la comunidad sigue en la misma postura, dejando entrever que las palabras del Obispo son completamente falsas.