TABASCO.- Aunque los cocodrilos llegaron primero, nunca dejan de causar asombro y alerta cuando, como el pasado lunes --en el Parque Tomás Garrido--, se les vio afuera de la Laguna de Las Ilusiones, en la ciudad de Villahermosa.

La sensación de peligro aumenta cuando se captan imágenes de personas que, pese a saber de la presencia de esta especie en el cuerpo de agua, los desafían ingresando a la laguna y resultan con ataques.

Según declaraciones del director de Protección Ambiental y Desarrollo Sustentable del Ayuntamiento de Centro, Miguel Chávez Lomelí, un estudio realizado por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), detectó la presencia de 600 lagartos, que se distribuyen por el lado de la UJAT, Prados de Villahermosa, entre otras lagunas del municipio.

De hecho, a inicios de 2025, el rector de la UJAT, Guillermo Narváez Osorio, confirmó que después de realizar estudios, formularon un proyecto y solicitaron permisos a la Comisión Nacional del Agua, para la instalación de una cerca a la orilla de la Laguna de las Ilusiones que costará cerca de un millón de pesos. Cabe señalar, que con mucha frecuencia, se les ve convivir lagartos y a estudiantes a escasos metros, sin que hasta el momento se haya reportado algún accidente.

Tener precaución para no correr peligro, opinan tabasqueños

En entrevista con ciudadanos, Sintexto conoció que una valla alrededor de la Laguna de las Ilusiones, en el parque Tomás Garrido, es algo que demandan.

Alejandro Ancona considera que los tabasqueños son afortunados de contar con un espacio de esparcimiento familiar como ese, pero en cuanto a la convivencia con los lagartos, asegura que no debiera de ser. “Sin embargo, porque han existido siempre en esta laguna, nosotros tenemos que tener precauciones para no acercarnos ni permitir que seamos atacados por estos animales. Y las autoridades tienen la obligación de poner vallas en todo alrededor para que las personas no se acerquen”.

Los más jóvenes como Maureni Morales de 19 años, consideran que, siempre y cuando se respete su hábitat, la presencia de cocodrilos no le resulta mala. “A mi no me da miedo”, dice, “pero a mí sí me gusta verlo un poquito lejos”, confiesa con risa nerviosa.

Por otra parte, su amiga Esmeralda afirma: “creo que debemos de tener un distanciamiento y no acercarnos para que no haya accidentes como los que han pasado”. Ella sí se siente en peligro, sin embargo considera que sólo están expuestos quienes se acerquen a “molestarlos”.

Erika de Jesús tiene una opinión parecida. Considera que por una parte, es el hábitat de los lagartos, pero a la vez, opina que las personas están en peligro, especialmente los niños, “tal vez si uno no los ataca, no tienen porque hacernos nada, pero también son libres y están es su hábitat y deben de existir”.

Robo de señalamientos 

En cuanto a los señalamientos, todos los entrevistados consideran de utilidad que estén presentes en los alrededores de este cuerpo de agua. 

Sin embargo, el robo de estos, es una constante que, según Chávez Lomelí, deja entrever una falta de sensibilización de algunos ciudadanos. “Lo central aquí no es cuántos obstáculos se ponen, sino que tanta conciencia tiene la ciudadanía con respecto a la convivencia”, afirmó.

Sin embargo, también ha confirmado que se está analizando la posible construcción de una valla. “Hemos estado en reuniones donde se ha planteado esta posibilidad de establecer un tipo de barrera física entre los lagartos y las riberas de la laguna, pero no nos corresponde a nosotros hacerlo", subrayó.

Mientras tanto, los hechos ocurridos el lunes pasado, servirán para recordarles a la población que, en la convivencia entre cocodrilos y humanos, hay que guardar siempre la distancia para salvar la integridad, la vida.