CHIAPAS. La Fiscalía General del Estado ofrece una recompensa de 500 mil pesos a quien ofrezca datos para lograr la detención de Víctor José Carrera May, por ser el principal sospechoso del feminicidio de Liliana Guadalupe, una pequeña vendedora de dulces de apenas 12 años de edad, a quien ingresó a su domicilio por la fuerza, para luego quitarle la vida y semienterrarla en el patio trasero de la vivienda.
La sociedad tuxtleca tiene plenamente identificado al presunto feminicida, la víctima encontrada el pasado miércoles bajo tierra en un domicilio particular del barrio Colón, donde se presume el agresor vivía con sus abuelos.
El presunto homicida que podría llamarse Víctor José Carrera May, asegura quienes lo conocen, tuvo su domicilio particular en la colonia Yeguiste, al poniente de la capital chiapaneca, en la avenida Toniná, donde se dedicaba a vender comida en una de las banquetas (chicharrón y carnitas) y se hacía llamar “chef”.
El presunto homicida tiene 45 años, mide 1.70 de estatura, tiene un tatuaje que cubre prácticamente 3/4 partes de uno de sus brazos y otro en el abdomen, es de complexión atlética.
Los tuxtlecos enardecidos por el cobarde acto han conseguido videos y fotografías del probable feminicida quien no aparece por ningún lado para desmentir o aclarar lo que ya ha invadido de forma viral las redes sociales y orgánicas.
La familia de Liliana Guadalupe exige justicia por tan cobarde acto, pues se trataba de una inocente niña de 12 años que salía a vender junto con su madre todos los días por la zona donde fue secuestrada, ultrajada y asesinada.
Hasta el momento no hay una versión oficial sobre si es o no la persona a quien la sociedad señala como presunto autor material del feminicidio de la menor de nombre Liliana Guadalupe Marroquín la niña encontrada en el barrio Colón.
Cabe recordar que, en los años 90, Víctor José, mató a su pequeña hermana, a la que degolló y dejó en un terreno baldío.
Víctor llevó a su hermana Isadora a la colonia Electricistas, y ahí la degolló. Como en esta ocasión, se aprovechó de su inocencia, pues le había dicho que irían a comprar dulces cerca de donde vivían. Posteriormente, se supo que el móvil fue “celos” que él sentía respecto a la pequeña, quien era una prometedora nadadora en el Isstech.
A más de tres décadas del atroz crimen, y con la difusión de su imagen, habitantes de Tuxtla Gutiérrez lo identificaron como el perpetrador de aquel asesinato, y también lo señalan por otras conductas violentas y amenazas contra vecinos y otras mujeres.
Víctor José, dado que era un adolescente, fue ingresado al centro para menores Villacrisol, pero al poco tiempo sus padres, quienes eran trabajadores del sector salud, lograron su liberación, con la promesa de atender su salud mental, lo cual evidentemente no sucedió.
En cambio, ahora se sabe que lo enviaron a Estados Unidos; y años después regresó al barrio Colón a vivir con sus abuelos, de los que poco o nada se sabe, y quienes presuntamente habrían atestiguado que lo vieron atacando a la menor.