TABASCO. Lo que el tiempo le hace a la memoria, también se lo hace a las cosas que nunca se mueven. Los adoquines de la Plaza de Armas de Villahermosa llevan y traen miles de personas que atraviesan diariamente la explanada sin reparar en los arcos, ya muy desgastados, de la icónica plaza.

Sólo de vez en cuando, la lluvia o un fuerte sol, los obliga, como a las decenas de personas en situación de calle, a refugiarse en ellos. En una de las dos secciones de arcos, hubo una cafetería-restaurante: Plaza de Armas Café & Bistró. Hoy solo es un vestigio.

Por su breve periodo en servicio, este comercio se hubiera perdido en el imaginario colectivo como la cada vez más lejana “antigua” Plaza de Armas. Con antigua, entiéndase, año 2011. Ese fue el último año en que esta histórica explanada recibió una inversión para ser remodelada.

Dentro de los cambios que tuvo, se implementó una fuente en la que, una vez activada, era el centro balneario de infantes que pasaban sus tardes mojándose.

Pero además, se redujo y dividió el camino de arcos en dos secciones, pasando de catorce a ocho, uno a la altura del Tribunal Superior de Tabasco y otro más cercano a la popular iglesia “La Conchita”. De este último costado, es donde se instaló la cafetería que, cerrada hace ocho años, ha permanecido lo que era su imagen como queda un triste recuerdo en la memoria.

En Villahermosa, muchos comercios que cierran sus puertas tienen este extraño capricho humano: dejar muestra de su existencia. El Cine Sheba es otro ejemplo. Un poco más alejado del centro, por muchos años estuvieron los vestigios del popular y controversial cine Gemelos de la colonia Atasta que, aunque barato, no podía presumir de tener las mejores instalaciones.

Hoy, aquel espacio, es ocupado por una cadena de gimnasios popular que, a manera de tributo, ha ambientado su sala de entrada con temática de cine, así como una gran pantalla en la que transmiten diversas películas.

Pero esa no es la misma suerte con la que corren muchos edificios en el centro de esta ciudad, en la que, sus propietarios, se niegan a ceder ante las ofertas de empresarios, por la adquisición de sus inmuebles.

‘AHORITA YA VALE MADRE’

No se puede afirmar que este sea el caso del espacio que ocupó por un año el Plaza de Armas Café & Bistró. A un costado de él, un hombre que ronda el medio siglo se detuvo un momento para descansar en una banca. En su recuerdo, la cafetería tenía el nombre de “La Punta del Cielo”, y aunque no pueda recordar el verdadero nombre, de lo que sí puede hablar con firmeza es del estado actual del lugar:

-¡Ahorita ya vale madre!- dice, golpeado, con esa actitud de arrogancia con la que el tabasqueño quiere demostrar que tiene la razón.

Lo que se sabe con certeza es que esta cafetería abrió sus puertas el 20 de mayo de 2016. Así lo constata su primera publicación en su página de Facebook. En ella, un número de contacto aparece, al que, si se le marca, manda directo al buzón.

El café americano tenía un costo de 20 pesos, el desayuno más caro era el plato con papaya a 45 pesos, mientras que la especialidad más cara eran las puntas de res al chipotle o a la mexicana, con un costo de 70 pesos; además vendían postres, comidas y cenas. 

En mi memoria, el lugar siempre mantuvo poca afluencia. Pero en las imágenes que compartían en sus páginas, un par de mujeres rubias, de brazos y piernas largas, tienen abierta un laptop en lo que parece ser una reunión de trabajo con otra mujer, acaso menos larga un poco morena.

Las primeras dos dan la impresión de venir de visita. Alrededor de ellas hay otras seis mesas en las que están instaladas tres familias más, mientras que las otras permanecen desocupadas. 

Fue el 22 de julio de 2016, en un comentario realizado ocho días después de su última publicación, el restaurante anunciaba que el 28 de febrero de 2017 quedaba cerrado el restaurante. 

Muy poco pudo lograr comparándolo con un comercio de su mismo giro como lo fue alrededor de 20 años, la prosperidad del antiguo Café del Portal, que gozó de gran popularidad en la década de los 50 y 60, lugar en la que hoy se encuentra el banco HSBC.

¿Y EL NUEVO MALECÓN?

A inicios de 2025, a la vista de todos los tabasqueños y los pocos visitantes que llegan a esta capital, se aprecia lo que queda de esta cafetería que se caracterizaba por sus cristales transparentes y amplios, pero que hoy es visible el deterioro en sus arcos de pintura blanca descarapelada, sus pilares enmohecidos y con intentos de grafitis, un techo visiblemente afectado por la humedad.

La ausencia del cristal que cerraba al local y una cocina completamente vandalizada que, además de haber sufrido de un robo de cables, desprende olores de desechos humanos y a humedad. Allí, en medio de la destrucción, una toalla femenina se asoma.

Esto cobra relevancia porque hace meses, el Ayuntamiento de Centro anunció la instalación de comerciantes en el Malecón "Carlos A. Madrazo" inaugurado el año pasado, situación que no ha ocurrido.

En dicho malecón, se encuentran a la espera múltiples espacios con formas de galerías, donde sus paredes son hechas de cristales que, a juicios de muchos, dista de poder ser considerada como una buena obra urbana en un lugar al que le pegará de lleno el sol, elevando considerablemente la temperatura.

Por la cantidad de edificios en estas condiciones, quien visite Villahermosa ha de pensar que esta situación es un atractivo turístico estatal.