QUINTANA ROO. Pescadores de diferentes cooperativas reconocieron que por las intensas lluvias les ha afectado salir a pescar en el caribe, así como la caída de precios en los productos, la disminución de especies en el mar, muchas veces no son rentables, por lo que consideraron que cada vez es más complicado ser pescador.
Reconocieron que saben que así es en esta temporada, por lo que deben prepararse año con año para protegerse, esta semana, muy pocos salieron a navegar porque sabían del mal tiempo y otros esperan a que caiga la noche porque a veces también les conviene.
Por ello, deberán esperar a que el tiempo les favorezca para seguir aventurándose en las aguas del Caribe para seguir con la tradición de estas dos zonas de pescadores.
Por su parte, Rosalino Sánchez Hernández ex presidente de la cooperativa “Chicocenote“ una de las dos que existe en la zona continental abundó, “en los últimos días no ha habido nada de pesca porque está mal el tiempo y no salimos, está turbia el agua. Algunos intentamos salir, pero no se logra traer nada, el año pasado, por ejemplo, estuvo mejor o digamos, regular, la temporada y como vemos las cosas parece que así seguiremos hasta el otro año por los nortes".
Externo que muchos pescadores no tienen más remedio que irse de albañil o de peón, pero tampoco es opción para ellos irse a una obra, donde a su parecer explotan a los empleados.
En la zona opera la otra cooperativa “Chachmuchuch”, con alrededor de 30 pescadores.
Los pescadores señalaron que cada vez es más complicado ser pescador, y desde el 2020, año de la pandemia por COVID-19 se fue empeorando la situación, pues antes sacaban entre 30 y 40 kilos diarios de pescado o pulpo, pero desde entonces sólo sacan la mitad y luego no sale ni la inversión de gasolina o víveres, si es que se van por dos o tres días al campamento para pescar en Boca Iglesia (a unos 44 kilómetros) o a Contoy.
Además, este año cayó la exportación de pulpo y de langosta; los precios del mero bajaron, pero el costo de las reparaciones y las herramientas que requieren, como motores, únicamente sube.
Aunque por lo menos les alcanza para comer, pero en enero y febrero comenzarán las vedas de algunas especies, lo que podría impulsarlos a buscar otra alternativa económica.