Este miércoles, el jefe del ejército de Israel, Herzi Halevi, declaró a las tropas que los ataques aéreos en Líbano tienen como objetivo desmantelar la infraestructura de Hezbollah, mientras se preparan para una posible incursión terrestre.
Halevi subrayó que los bombardeos tienen como finalidad degradar las capacidades militares del grupo respaldado por Irán y abrir el camino para que los desplazados israelíes del norte puedan regresar a sus hogares.
“Esto les demostrará lo que significa enfrentarse a una fuerza profesional y con experiencia en combate”, afirmó.
Esta escalada se vio reforzada por el derribo de un misil lanzado por Hezbollah contra la sede del Mossad cerca de Tel Aviv, un ataque sin precedentes en su alcance. En respuesta, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han llamado a dos brigadas de reserva y el general Ori Gordin, responsable del frente norte, advirtió que el ejército debe estar listo para una ofensiva.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, también ha subrayado que el país no descansará hasta que los residentes del norte puedan regresar a sus hogares de manera segura.
“Estamos infligiendo golpes a Hezbollah que no imaginaron. No descansaremos hasta que nuestros ciudadanos estén a salvo”, aseguró Netanyahu.