TABASCO. Bajo los intensos rayos del sol, a veces en el frío e incluso empapados por la lluvia, Óscar y otros 15 acompañantes salieron el pasado 29 de noviembre de Oxchuc, Chiapas, con el propósito de recorrer el camino de la fe.
Su fervor por la Virgen morena los hizo emprender una larga travesía de casi dos semanas para llegar a la Basílica de Guadalupe y cumplir su manda con la ‘Patrona’ de los mexicanos.
Al igual que cada año, ellos se unieron a los millones de peregrinos que, por promesa o devoción, recorren miles de kilómetros hacia la Ciudad de México para honrar a la Virgen de Guadalupe, como parte de la celebración religiosa del “12 de Diciembre”, día en que, según la grey católica, la “Morenita del Tepeyac” se le apareció al indio Juan Diego, en 1531.
Desde mediados de año comenzaron a alistarse. Hicieron rifas y vendieron comida para recaudar dinero y solventar los gastos del peregrinaje.
Con las piernas y brazos adoloridos, y los cuerpos fatigados, Óscar Gómez Méndez se relevó con sus acompañantes en una inclemente carrera por transportar la antorcha, símbolo de fe, esperanza y amor; así como la imagen de la Santa María de Guadalupe. Ellos vieron su sacrificio la mejor manifestación de admiración y respeto por la madre de Jesucristo.
“Nos preparamos entre junio y julio, porque sí nos cooperamos, porque todo esto conlleva un gasto; juntamos el dinerito y empezamos abonar de 50, de 100 pesos, hacer eventitos para tener para la gasolina, para la comida, para medicinas si era necesario”, señala Óscar, emocionado.
Dos choferes condujeron al grupo. Por seguridad, se turnaban cada determinado tramo carretero para evitar algún accidente. En la compañía había jóvenes y hasta un adulto de 70 años, que no le entró a la corrida, pero le metió duro a la oración.
“Aunque ya no corre ni lleva la antorcha, sí fue parte fundamental para que llegáramos con bien a nuestro destino; su devoción nos cubrió con la bondad de Dios y de Nuestra Señora de Guadalupe”, señala el creyente.
En esto momentos, los 16 peregrinos ya consumaron su misión. Van de regreso a su pueblo. Hicieron unos días escala en suelo tabasqueño para descansar. “Nos sentimos bien, como si nada hubiese pasado. No hay cansancio y sí mucha alegría, emoción, fe, por haberle cumplido a la Virgencita”, puntualiza.
Desde el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en la colonia 1º de Mayo, en Villahermosa, llaman a “creer en la Virgen, porque lo que se le pide siempre lo da”. Agradecen a Dios que les haya dado, sobre todo, salud, perseverancia, fuerza y alimento para no fallar en su promesa.
El regreso a sus hogares está próximo. En el itinerario ya pasaron por Puebla, Minatitlán, Cárdenas y ahora están en la capital tabasqueña. En breve reiniciarán su trayecto rumbo a Macuspana para llegar hasta Oxchuc. Su juramento está cumplido.









