El Vaticano informó este miércoles que el Papa Francisco permaneció estable durante toda la jornada y no ha sufrido nuevas crisis respiratorias.

El Santo Padre lleva casi tres semanas luchando contra una neumonía doble, pues ingresó al hospital Gemelli de Roma el pasado 14 de febrero con una grave infección respiratoria que ha requerido un tratamiento en continua evolución.

En un boletín de salud relativamente optimista, el Vaticano dijo que el Papa había realizado algunos trabajos y había pasado gran parte del día en un sillón.

La última vez que el Vaticano especificó que el Papa había podido trabajar fue el 27 de febrero.

Sin embargo, sus médicos reiteraron que su pronóstico era "reservado", lo que significa que aún no está fuera de peligro.

El Vaticano también dijo que Francisco volvería a estar conectado a ventilación mecánica no invasiva durante la noche después de que se le retirara en el día, lo que subraya su continua dificultad para sacudirse la peligrosa enfermedad.

Cuando no está en ventilación mecánica, que empuja el aire en los pulmones, el Papa recibe un alto flujo de oxígeno a través de una pequeña manguera nasal debajo de la nariz.

Francisco sufrió lo que el Vaticano describió como dos episodios de "insuficiencia respiratoria aguda" el lunes.

El Papa no ha sido visto en público desde que ingresó en el hospital, su ausencia más prolongada desde que comenzó su papado hace 12 años. Los médicos no han precisado la duración del tratamiento.

La prolongada ausencia de Francisco ha suscitado especulaciones, incluso entre cardenales de alto rango, de que podría seguir los pasos de su predecesor Benedicto XVI y dimitir.

Pero biógrafos y amigos del pontífice le describen como un "luchador", sin planes de renunciar.