QUINTANA ROO. La Fiscalía General del Estado (FGE), detuvo a tres agentes en activo, incluyendo al director operativo de la corporación, Carmen Arias López, de 43 años y originario de Tabasco. Las investigaciones lo señalan como pieza clave en una red de desapariciones forzadas presuntamente vinculada al excomandante “El Cobra”, un personaje siniestro que operaba con total impunidad bajo la administración actual.
Las aprehensiones se realizaron el pasado viernes tras reunir pruebas contundentes que implican a los oficiales en graves irregularidades, actos de corrupción y posibles crímenes de lesa humanidad.
La detención de Arias López pone en evidencia la descomposición de la policía municipal, una fuerza de seguridad que, lejos de proteger a la ciudadanía, parece haberse convertido en un brazo armado de la delincuencia organizada.
Mientras tanto, el gobierno del presidente municipal de Tulum, Diego Castañón, permanece en un incómodo silencio. Su administración, plagada de cuestionamientos y marcada por la negligencia en temas de seguridad, ha permitido que Tulum se convierta en un paraíso no solo para el turismo, sino también para la impunidad.
A pesar de los discursos oficiales que hablan de una lucha frontal contra el crimen, los hechos demuestran lo contrario: policías corruptos, desapariciones forzadas y una ciudad en manos del miedo.
El fiscal general del estado, Raciel López Salazar, aseguró que estas detenciones forman parte de una estrategia de saneamiento dentro de los cuerpos de seguridad.
Sin embargo, voces ciudadanas señalan que hay muchas preguntas sin responder tales como: ¿hasta dónde llega la red de complicidad?, ¿Quiénes son los verdaderos responsables? Y lo más importante, ¿Qué papel juega la administración de Castañón en este desastre? Lo cierto es que Tulum vive una crisis de seguridad sin precedentes, mientras sus autoridades siguen sin responder por los crímenes que se cometen bajo su mandato.