CANADÁ. Ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, Canadá decidió cerrar sus puertas a migrantes, situación que ya había empezado a hacer antes de la victoria del republicano y frente al desplome en las encuestas del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.
Con los resultados de las elecciones en Estados Unidos del pasado 5 de noviembre, organizaciones que trabajan con refugiados temen que las nuevas políticas canadienses y de la Casa Blanca empujen a los solicitantes de asilo a soluciones desesperadas y peligrosas.
Pero ante el desplome en las encuestas, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, está embarcado desde hace más de un año en un giro de 180 grados con respecto a las políticas migratorias que le llevaron al poder.
En 2017, cuando Trump llegó por primera vez a la presidencia de los Estados Unidos e implementó medidas para expulsar a miles de refugiados y ciudadanos de siete países de mayoría musulmana; Trudeau publicó en las redes sociales: "A aquellos que huyen de la persecución, el terror, la guerra, los canadienses les darán la bienvenida sin importar su fe. La diversidad es nuestra fuerza".
Siete años después, los millones que Trump ha amenazado con deportar una vez que regrese a la Casa Blanca en enero de 2025, no van a encontrar otro mensaje acogedor del primer ministro canadiense. Todo lo contrario.
"La realidad es que no todos son bienvenidos aquí", declaró el pasado 12 de noviembre el ministro de Inmigración de Trudeau, Marc Miller, considerado uno de los más cercanos a Trudeau. Un mensaje que está causando temor y una grave preocupación entre las organizaciones que en Canadá trabajan con refugiados y migrantes.
Loly Rico, fundadora del FCJ Refugee Centre, una de las organizaciones que desde 1991 más trabajo realizan en defensa de los refugiados, declaró a EFE que si el cambio observado en Trudeau es malo, lo que puede venir después es aterrador.
Las encuestas y la presión de Poilievre han empujado a Trudeau a cerrar la frontera. Todo empezó en 2023 cuando Ottawa renegoció con Washington el llamado "Acuerdo del Tercer País Seguro", que impedía que una persona llegara a un puesto fronterizo canadiense desde Estados Unidos y solicitara el asilo, pero sí lo permitía si entraba por un paso irregular.
Medidas adicionales anunciadas en las últimas semanas por Ottawa supondrán que, solo en 2025, alrededor de 1.2 millones de residentes temporales, entre trabajadores y estudiantes, tendrán que abandonar Canadá. Además, Canadá reducirá el número de inmigrantes hasta un 27% en los próximos tres años.
Rico teme que todas estas políticas harán que un mayor número de personas intenten cruzar de forma irregular la frontera entre Estados Unidos y Canadá, especialmente en los próximos meses durante el crudo invierno canadiense.