CAMPECHE. En contraste a las declaraciones oficiales y las evidencias presentadas en investigaciones periodísticas, la situación de la inseguridad en Campeche sigue siendo motivo de controversia.
Pese a que la gobernadora Layda Sansores niega constantemente que en el territorio campechano existe la delincuencia organizada, la Secretaria de la Defensa Nacional (SEDENA) tiene otros registros que apuntan a que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el de Sinaloa operan en la región.
Recientemente, el portal Irvingpineda.com publicó un trabajo de la periodista Marcela Cervantes, en el que se denuncia que el narcotráfico y otros delitos asociados están azotando con fuerza a Campeche.
La investigación describe cómo grupos criminales disputan el control del trasiego de cocaína, el robo de hidrocarburos, secuestros, extorsiones, así como el robo de transporte de carga, combustible y vehículos. También se menciona el soborno a autoridades locales y el narcotráfico a pequeña escala, además del tráfico de indocumentados.
Según datos proporcionados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), las actividades delictivas se concentran en varios puntos del estado, como Ciudad del Carmen, Escárcega, Candelaria y Hopelchén.
Se subraya, además, que la geografía de la región, con extensas zonas despobladas y de difícil acceso, favorece el aterrizaje de aeronaves con droga proveniente de Centroamérica, lo que convierte a la entidad en un importante punto de tránsito.
Uno de los aspectos más alarmantes de la investigación es la mención de nueve aterrizajes de aeronaves con droga que han sido interceptados desde que Layda Sansores asumió la gobernatura, cifra que asciende a quince desde 2019, todas atribuibles al Cártel de Sinaloa.
A pesar de las pruebas presentadas, las autoridades locales continúan desestimando la presencia de organizaciones criminales en la entidad. Tanto Marcela Muñoz Martínez, titular de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC), como Jackson Villacís Rosado, Fiscal General del Estado de Campeche, han negado que haya cárteles operando en el estado, sugiriendo que los homicidios violentos se deben a disputas entre bandas locales menores como Pura Gente Nueva (PGN).
Sin embargo, diversos analistas señalan que la situación geográfica de Campeche, su escasa presencia policial y la dispersión poblacional han creado un escenario ideal para el descenso de narcoaeronaves, el almacenamiento y el trasiego de grandes cantidades de droga, principalmente cocaína colombiana, cuyo destino final es el norte del país.
A pesar de las desmentidas oficiales, la realidad sobre el narcotráfico en Campeche parece ser más compleja y preocupante de lo que las autoridades quieren admitir, dejando al estado en una posición vulnerable frente al crimen organizado.
Reportes de inteligencia indican que en Campeche el Cártel de Sinaloa es comandado por Adrián Farías Bailón, “Pico Farías”, “Picolín” y/o “Loco”, Antonio Farías González y Fernando Acosta Gutiérrez, con presencia en Escárcega, Candelaria y la zona fronteriza México-Guatemala, la zona de mayor aterrizaje de narcoavionetas.
También operan con mucha violencia la “Familia Valencia”, de los hermanos Valencia Salgado, con operatividad en Escárcega, Candelaria y Campeche.
Una célula delictiva que irrumpió con Layda Sansores es Pura Gente Nueva en Ciudad del Carmen, comandada por Samuel Jilton Córdova Hernández, “Samy”, y su hermana Soysiquibe Córdova Hernández, “La Bonita”, y sus grupos de “estacas” y sicarios son en su mayoría tabasqueños, chiapanecos y quintanarroenses, trabajan con extrema violencia y a ellos se les atribuye el mayor número de ejecuciones en este año y ya se comenta que están aliados con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) para conquistar la capital y la zona colindante de Yucatán.