TABASCO. Con paredes bretadas y el ruido de fondo que emana del río de la Sierra al golpear contra la tierra, pobladores de la colonia Gaviotas Sur del sector Cedral abandonaron sus viviendas ante el temor de que la fuerza del afluente destruya sus casas y se lleve sus cosas junto con ellos.
“En menos de dos días desapareció lo que quedaba de una casa, un baño y una fosa séptica”, relata, resignada, Nuri del Rocío Méndez Torres, una colona que tiene más de 16 años viviendo en la zona.
Las fuertes lluvias que trajo la tormenta tropical "Nadine" a su paso por Tabasco, provocaron la crecida de ríos, lo que incrementó la erosión en la calle Almendros, en un área donde en los últimos meses se han perdido nueve casas debido a la presión de la corriente.
En la zona se observan hogares sin puertas, sin ventanas ni protecciones, pues los dueños han preferido llevarse todo lo que pueden antes de que el rio se los arrebate; las habitaciones de concreto lucen vacías y cuarteadas.
Una casa que era habitaba por una madre soltera, sólo duró una semana ocupada; debido a la zozobra, ella ahora se encuentra en un cuarto prestado por un familiar.
Hasta la mañana de este martes, el río de la Sierra, en su estación Pueblo Nuevo, se encontraba 81 centímetros arriba de su nivel máximo ordinario o de afectación, de acuerdo con el informe sobre niveles de ríos elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
A pesar de la súplicas de los colonos, autoridades federales, estatales y municipales han hecho caso omiso al llamado de ayuda en el Cedral.
“Hemos estado insistiendo y en la Secretaría de Gobierno y Conagua sólo nos dicen que ya nos van avisar", reclama, con enojo, Adriana Yee Méndez, vecina afectada de ese sector de Gaviotas Sur.
Revela a Sintexto que hace dos meses les informaron que realizarían una reunión con Protección Civil, la Secretaria de Gobernación y la Comisión Nacional del Agua para atender el caso, pero hasta la fecha no ha existido mayor respuesta.
En el recorrido por la zona destruida por el agua, los pobladores mencionan que hace un año la creciente del río destruyó cuatro casas, por lo que Conagua colocó costales de arena únicamente en un sector, dejando desprotegida la zona donde más derrumbes han tenido.
“Los vamos a reubicar fue lo que nos dijeron hace un año y al sol de hoy aquí seguimos, algunos han pedido posada, y de otros vecinos no se sabe nada, cada quien ve cómo le hace”, recrimina Yee Méndez, ante la indiferencia gubernamental.














