VERACRUZ. El puerto de Veracruz recibió la visita inesperada del destructor USS Gravely (DDG-107) de la Armada de los Estados Unidos. El imponente buque atracó en el muelle 9 de la bahía sur a las 09:50 horas del viernes 25 de abril, según la Administración del Sistema Portuario Nacional de Veracruz.
La llegada del USS Gravely, un destructor de la clase Arleigh Burke con capacidad para lanzar misiles Tomahawk, ha generado especulación entre la población veracruzana.
Aunque hasta ahora no se ha emitido un comunicado oficial detallado, diversas fuentes periodísticas confirmaron que la presencia del barco respondería a labores rutinarias de reabastecimiento.
La tripulación desembarcó alrededor del mediodía, escoltada por elementos de la Secretaría de Marina-Armada de México. Sin embargo, ni la Secretaría de Marina ni ninguna otra autoridad ha ofrecido una declaración oficial sobre el propósito de la visita ni la duración de su estancia en el puerto. Esta falta de transparencia ha alimentado las conjeturas sobre la verdadera razón detrás de la llegada del destructor.
De acuerdo con información difundida por medios nacionales, el arribo del USS Gravely cuenta con autorización expresa del Gobierno de México.
Su estancia estaría amparada en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM), un instrumento internacional que reconoce el "derecho de paso inocente" de buques extranjeros, siempre que su presencia no comprometa la paz, el orden ni la seguridad del Estado receptor.
El procedimiento, de carácter técnico, no implica ejercicios militares ni maniobras conjuntas, de acuerdo con la interpretación que se desprende de las fuentes consultadas.
Durante el fin de semana, circularon versiones no verificadas en redes sociales sobre una presunta salida de la tripulación hacia el territorio veracruzano.
Sin embargo, fuentes cercanas a la operación aclararon que los marinos estadounidenses han permanecido en todo momento a bordo del buque, siguiendo protocolos de seguridad establecidos para este tipo de visitas.
Hasta el momento, no se reportan incidentes ni actividades fuera de lo previsto en el muelle donde el destructor se encuentra amarrado.