A casi un mes de que OTIS embistiera Acapulco, las familias de más de 273 mil hogares afectados no paran de sufrir. Ya no es el luto por los 49 fallecidos y 58 desaparecidos. El huracán desenterró historias de injusticia, coraje y miedo en la bahía.De coraje, saber que los dueños de yates obligaron a sus empleados a permanecer en las embarcaciones, pese a la alerta emitida por Capitanía. La madre de José, doña Martha García Amaya, rogó a su hijo «que cuidara su vida«, pero él solo le dijo que ya eran seis compañeros para vigilar la embarcación, la cual terminó partiéndose en dos, cuatro marinos fueron rescatados y dos, entre quienes se encuentra José, siguen desaparecidos.El oficial de puerto Alejandro Alexander confirmó que efectivamente«los propietarios trataron de cuidar su patrimonio, en este caso, su embarcación».Ángel Andrés Vargas Rodríguez captado pillando una tienda sobre la calle Cine Ríos, hubiera sido un saqueador más, pero fue identificado como el secretario privado de la alcaldesa de Acapulco, con un salario quincenal de 32 mil pesos. Un vocero del ayuntamiento deslindó a Abelina López, primera autoridad municipal, de los hechos del funcionario.Por si no fuera suficiente la tragedia natural, una familia sufrió heridas graves como consecuencia de un asalto a mano armada. En el video se observa —a plena luz del día— a tres hombres armados, de mediana edad, abrir un portón verde sobre la calle Rancho, en la colonia Pacífico. La mujer se da cuenta que se trata de un asalto e intenta cerrar, pero recibe un cachazo en la cabeza. Hasta el momento no hay detenidos.Para rematar, la falta del servicio público de limpia ha orillado a los vecinos a quemar en montones en hogueras colectivas hasta el punto que una densa nube de humo cubró la bahía. Se calcula que Otis dejó 660 mil toneladas de desechos, de los cuales solo se han recolectado 20 mil.
