Tras más de 30 horas de enfrentamientos, las fuerzas armadas pakistaníes pusieron fin a la crisis de rehenes que mantenía al país en vilo desde el martes por la noche.
El ataque fue reivindicado por el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA), principal grupo separatista de esta provincia. Los asaltantes hicieron descarrilar el tren que viajaba de Quetta a Peshawar y tomaron como rehenes a más de 450 pasajeros.
Algunos pasajeros lograron escapar durante la noche del martes y caminaron durante horas por un terreno montañoso para ponerse a salvo.
El portavoz del BLA dijo que estaban dispuestos a liberar a los pasajeros si las autoridades ponían en libertad a los milicianos encarcelados, pero las negociaciones fracasaron y las fuerzas de seguridad atacaron a los secuestradores.
Las autoridades pakistaníes informaron que 28 soldados, un paramilitar y 21 rehenes murieron durante la operación de rescate. También murieron el conductor del tren y un oficial de policía durante el ataque inicial. Entre 32 y 50 terroristas fueron abatidos.
Pakistán lucha desde hace décadas contra los insurgentes de esta provincia. Los grupos rebeldes acusan a las autoridades de permitir que los extranjeros exploten sus recursos naturales sin que esto beneficie a la población.