Las enfermeras fueron la fuerza y el corazón del Sector Salud durante la pandemia en Tabasco; el agotamiento por la sobrecarga de trabajo, estar susceptibles al contagio, no contar con equipo suficiente, estrés y la carga emocional de atender a los pacientes ante una enfermedad desconocida, fueron fatales para Loida Hernández Hernández del hospital Rovirosa.
La enfermera pediátrica narró, en platica exclusiva para Sintexto, desde su perspectiva personal, laboral y humana, los riesgos que llevó su vida para salvar la de otros; desde el inicio de la pandemia, el temor ante lo desconocido la invadió y la tenía en incertidumbre.
A pesar de los protocolos implementados vivía temerosa: “te puedes contagiar, estábamos ante algo desconocido que no sabíamos cuál era el manejo; ante eso, a todo le temes, relató.
“Loida Hernández recordó cuando le tocó estar en atención directa a los pacientes contagiados que llegaron a las áreas Covid del Hospital Rovirosa. Narró que por seis horas ingresaba totalmente protegida con la indumentaria adecuada, ya adentro no podía salir y otra compañera le hacía llegar los medicamentos para suministrarlo a los enfermos.
Cumplido el tiempo de sus tareas salía del aislado, era sanitizada, se quitaba el equipo, la desinfectaban de nuevo y entonces podía entrar a un vestidor para luego bañarse, cambiarse y regresar a su casa.
El temor latente siempre fue infectar a su familia, ya que sus labores se desarrollaban en la primera línea de atención a los enfermos. Aunque no a causa de su trabajo, sí se contagiaron. Afortunadamente, todos están bien.
Así pasaron los días, aprendimos más, conocimos más, se logró establecer un mejor manejo y control de los casos; lo superamos, dijo, pero ese estrés y carga emocional, como miles de personas en todo el mundo, pude sobrellevarlo gracias a mi fe, concluyó.









