CHIAPAS. El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba) recordó este domingo a las víctimas de la masacre de Acteal, ocurrida hace 27 años.
Indicaron, “veintisiete veces doce, florecen en nuestro corazón la digna memoria de nuestras 45 hermanas y hermanos de Acteal. Más, los cuatro bebés no nacidos, nueve mil ochocientas cincuenta y cinco veces, renacen gigantes e inmortales”.
Señalaron que no debe caer en el olvido este ataque, ocurrido cuando un grupo paramilitar, con la complicidad del Ejército mexicano, “cometió una de las masacres más atroces de la historia de los pueblos indígenas en México”. En esa mañana de horror, mujeres, niñas, niños y personas mayores indígenas mayas tsotsiles fueron ejecutados por no someterse al proyecto de muerte de aquel régimen”.
“Los malos gobiernos en turno junto con los ricos y poderosos, le están dando continuidad de las políticas de muerte y exterminio, creadas desde el poder en los años 90. Por eso mandaron matar a nuestro hermano Simón Pedro Pérez López, por eso ordenaron matar al Padre Marcelo Pérez Pérez. Los mismos gobiernos propician y permiten la violencia del crimen organizado, que rompe y destruye la convivencia pacífica en las comunidades”.
Sobre este hecho sangriento en la historia de Chiapas, el Frayba recordó que el peligro sigue latente para quienes defienden la vida, el territorio y la dignidad. Aunque los perpetradores ya no portan uniformes paramilitares, ahora operan bajo el membrete de grupos armados de la delincuencia organizada, que establecen pactos con políticos, militares y empresarios.
Conductas que no han dejado de repetirse, señaló este centro defensor, al asegurar que los perpetradores de la Masacre de Acteal actuaron bajo los mismos principios y razones que aquellos que el pasado 20 de octubre de 2024 ejecutaron al defensor de derechos humanos, Marcelo Pérez Pérez.
“Como lo expresó el Padre Marcelo Pérez Pérez, Las Abejas de Acteal nos enseñan con su ejemplo los valores, principios y las acciones para construir un camino hacia la paz, una paz que hoy parece distante, pero no imposible. Su asesinato ha conmocionado a quienes luchamos por la vida, la justicia y los derechos humanos, pero también nos impulsa a exigir justicia, verdad y reparación para todas las víctimas, el final de los pactos de impunidad, la narcopolítica y las alianzas entre militares, empresarios, políticos y la delincuencia organizada”.
“Acteal será siempre el corazón de la lucha No-violenta, Acteal, es la Casa de la Memoria de Simón Pedro, aquí vivirán para siempre la palabra digna y verdadera del Padre Marcelo, junto con nuestros Mártires de Acteal”, concluyeron.











