VILLAHERMOSA, Tabasco.— La galería al aire libre de la comunidad La Ceiba, en la monumental villa de Tamulté de las Sabanas, obsequió al público una muestra del innegable y desbordante talento de sus pequeños pintores, que en esta ocasión «sirvieron» sus creaciones en los tradicionales comales de barro.
El barro rojo sirvió de fondo o soporte para que 56 niños y adolescentes cocinaran con formas y figuras sus pinturas, auxiliados por el reconocido artista plástico Eleazar Hernández Arias.
Hernández Arias explicó a los asistentes que en la temática de pintar comales, el barro se respeta, «el color del barro y de la tierra, porque no tiene caso pintar todo el comal, lo importante es que se vea el color del comal al relacionarse con la obra y aprovechar el material con que estén pintando».
En esta experiencia, además, participaron los padres de familia, apoyando a sus hijos en la tarea de pintar sus comales; los niños empezaron a poner color y forma y los papás aportaron el último toque. «Por eso aquí hay una convivencia entre papás e hijos. Y eso es lo bonito, la convivencia».
Erick Hernández García, papá de una niña artista, relató que su hija desde los cuatro años toma clases y la ha ayudado a reflejar su creatividad, ahora con 5 años, ya pintó un comal. «Pintar junto con mi niña me llena de satisfacción, porque disfruto el tiempo y el momento con ella», indicó.
En tanto, Wilma Velázquez Gerónimo señaló que se ha dado cuenta que el arte «retroalimenta la experiencia de los niños; todos los padres de familia estamos contentos porque hubo una armonía, algunos padres junto con sus hijos pintaron sus comales».
El maestro Eleazar aprovechó la presencia de las autoridades culturales de Centro para solicitarles que rehabiliten la casa de arte, ubicada a un costado del jardín. El espacio se encuentra cerrado y muestra un gran deterioro por la humedad del entorno.
Eleazar explicó que no lo usan porque «se puede derrumbar». Pero eso no ha impedido dar las clases y llevar a cabo la singular exposición. «Ahora tenemos la esperanza de tener una escuela climatizada para que nuestros niños no sufran con el calor”.
Ponderó que el beneficio de estos cursos es que los infantes desarrollan sus capacidades artísticas, aprenden a trabajar en equipo y se comunican mejor con los padres. «Vamos a recuperar a estos niños, porque en vez de que estén en el celular, mejor que agarren un pincel; hay mucha creatividad».
Explicó que cada una de estas obras es “una obra artística, porque a veces se puede confundir con una artesanía, esta última es lo que se repite, por ejemplo 20 veces el mismo guacamayo ya se convierte en artesanía. Y aquí, hay una temática, porque todos hablamos de la mirada de Kantepec, con un ojo».
«Si ustedes ven el comal hay un ojo en el centro, pero cada niño le dio su toque, él lo interpretó. Al interpretarlo de una manera diferente, aunque sea la misma temática, se convierte en una obra artística. Por eso esto es una obra artística”, explicó.
Añadió que continuar impulsando estas acciones podría hacer que Tamulté de las Sabanas sea identificada como una zona de arte, en la que «el que no baila, canta, el que no canta, pinta».