La floración de los cerezos es un símbolo de la llegada de la primavera en Japón, sin embargo, el cambio climático está adelantando su comienzo y las olas de calor ponen en riesgo la apertura de los capullos.
Tradicionalmente el evento se produce entre finales de marzo (al sur de Japón) y principios de abril (centro) e incluso mayo (en el extremo norte), pero las temperaturas récord están adelantando el comienzo de la floración a febrero.
Daisuke Sasano funcionario en gestión de riesgo climáticos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), explica que la fecha se ha adelantado 1.2 días por década desde 1953.
En zonas menos urbanizadas de Japón, como Okinawa o Hokkaido, el anticipo ha sido algo menos, con tres o cuatro días, respectivamente, por lo que Daisuke considera que no sólo se trata del cambio climático, sino también de la urbanización y el desarrollo de las grandes ciudades.
La JMA teme que un incremento de las temperaturas puede tener un efecto en la apertura de los capullos, que necesitan de frio para su formación.