Situado en villa Tamulté de las Sabanas, un corredor indígena chontal con marcadas carencias y rezagos sociales pese a su colindancia con la capital Villahermosa, el Centro de Atención Múltiple (CAM) número 23 se ha convertido en un faro de esperanza para las niñas y niños que enfrentan alguna condición de discapacidad.
El CAM #23 es uno de los 27 centros que prestan servicios de educación especial en la entidad; su finalidad es escolarizar a alumnos o alumnas que padecen limitaciones intelectuales, visuales, auditivas, motrices, psicosociales o múltiples.
Está ubicado en la comunidad Rovirosa y atiende “todas las condiciones de discapacidad que van llegando”.
A la institución acuden alumnos de diferentes comunidades de la zona Yokot’an: desde Tocoal, Alambrado, La Loma, La Escobita, La Estancia y Buenavista, hasta Jolochero, Medellín, Villa Ocuiltzapotlán, Macultepec, Paso Real de la Victoria, Colonia Constitución, Lagartera, y la colonia Tierra Colorada.
Del municipio de Centla, también llega población infantil procedente de las comunidades Chilapa y La Mixteca, que “son alumnos que cruzan ríos y vienen aquí a recibir el servicio”.
Su director, José del Carmen Jiménez Hernández, explica a Sintexto que este CAM presta el servicio escolarizado avalado por la Secretaría de Educación estatal, lo que quiere decir que se atienden todos los niveles de educación básica, “desde lo que es inicial y preescolar hasta primaria y secundaria”.
Añade que en el centro educativo también se reciben a infantes que afrontan algún trastorno de desarrollo “y que en la mayoría de los casos les resulta muy difícil su accesibilidad a una escuela de educación regular”.
Lo que buscamos, afirma Jiménez Hernández, es “lograr la inclusión de nuestras niñas y niños en cualquier contexto; por eso trabajamos a través de los programas de educación básica, a fin de que nuestros alumnos sean independientes y autónomos, ya sea el contexto familiar, en la escuela o lo social”.
Recuerda que el CAM #23 surgió de la necesidad de un grupo de padres de familias que, preocupados por la educación de sus hijos, se unieron en el año 2006 para encontrar una solución de enseñanza para todas aquellas y aquellos niños que, por su condición de vulnerabilidad, no podían ingresar a una escuela regular.
Primero, el Centro de Atención Múltiple se estableció en un albergue de la comunidad, pero fue en 2010 cuando un padre de familia que tenía a su hijo dentro del servicio, decidió “donar el terreno para comenzar la construcción de las nuevas instalaciones escolares”.
El siguiente paso fue obtener su propia clave; hoy aún existen carencias y necesidades que solventar, “pero ya tenemos la mayoría de las aulas para la atención de nuestros alumnos”, menciona José del Carmen Jiménez.
Añade que el plantel cuenta con siete grupos, un taller laboral de panadería, un grupo de inicial y preescolar, y tres grupos de primaria que atienden desde primero hasta el sexto grado.
En el taller laboral están inscritos alumnos egresados de tercer grado de secundaria, a quienes se les capacita para que puedan aprender el oficio. La institución cuenta además con un aula de fisioterapia y otra de atención multisensorial, que la convierte en la única del estado en contar con este servicio.