SANÁ, YEMEN.— Una fuerza conjunta entre Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Baréin, Australia y Países Bajos, lanzó una serie de ataques aéreos la noche del viernes contra más de 70 puntos estratégicos en Saná, la capital controlada por los rebeldes hutíes, y las localidades de Taiz, Dhamar y Bani, provocando la muerte de cinco víctimas.
El portavoz de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Dylan White, declaró que se trataba de ataques defensivos «diseñados para preservar las vías de navegación del Mar Rojo». Estados Unidos descartó que pretenda una guerra en la región.
Por su parte, Yahya Saree, portavoz militar del movimiento insurgente hutí, condenó los ataques aéreos y advirtió que no quedarán impunes. «Esta brutal agresión no disuadirá a Yemen de apoyar a los palestinos oprimidos», aclaró en la televisión local.
Horas después, millones de yemeníes salieron a las calles a gritar consignas contra Estados Unidos, Reino Unido e Israel. Este último elevó la alerta roja para sus fuerzas armadas y marina sobre el puerto de Eliat, en espera de una respuesta yemenita.









