Un nuevo ataque con drones a la gigantesca central de Zaporiyia en Ucrania puso en suspenso a los expertos del organismo de control atómico de Naciones Unidas, que advierten sobre el riesgo de un “accidente nuclear grave”.
La planta está ubicada al sureste del territorio ucraniano en la primera línea del conflicto entre Rusia y Ucrania, las fuerzas rusas se apoderaron de ella poco después de lanzar su invasión a gran escala en febrero de 2022 y la han ocupado desde entonces.
Moscú acusó a Ucrania de orquestar los recientes ataques con drones, que al parecer hirieron a tres personas. Sin embargo, Kiev niega estas acusaciones, distanciándose del incidente.
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha expresado constantemente su preocupación por los ataques contra instalaciones nucleares, Rafael Grossi, director general de la agencia, describió el ataque del domingo como “temerario” y un paso significativo en los riesgos de seguridad nuclear.
Aunque la central dejó de producir energía en 2022, la continua necesidad de electricidad para mantener un reactor en modo de “parada caliente” indica la condición vulnerable de las instalaciones.