Washington. - Tal como anunció el Presidente Donald Trump el primer día de su segundo mandato el pasado 20 de enero, la vocera presidencial Karoline Leavitt, reiteró que los aranceles a las importaciones mexicanas siguen sobre la mesa, ante lo que el Mandatario considera es falta de ayuda para contener los flujos irregulares de migrantes y fentanilo.
Por ello, el presidente de Estados Unidos planea cumplir su promesa de imponer gravámenes a Canadá y México el sábado, dijo este martes a la prensa la portavoz de la Casa Blanca.
La funcionaria destacó que Trump también sigue considerando nuevos aranceles a China para el mismo día.
Trump dijo la semana pasada que anunciaría aranceles de 25 por ciento a México y Canadá el 1 de febrero a menos que los países ayuden a abordar los problemas del tráfico de fentanilo y la migración.
La aplicación de los impuestos a los productos importados desde México y Canadá sigue programada para anunciarse este 1 de febrero, sin importar que el gobierno mexicano ha prestado cooperación histórica sobre seguridad fronteriza, aseguró hoy la Casa Blanca.
"Hemos visto un nivel histórico de cooperación por parte de México, pero, de nuevo, hasta donde he checado, y eso fue anoche cuando hablé directamente con el Presidente, (los aranceles) el 1 de febrero todavía están en el calendario", dijo Leavitt a pregunta directa en rueda de prensa en la Casa Blanca.
"El Presidente ha dejado muy claro que espera que todas las naciones de este mundo cooperen con la repatriación de sus ciudadanos. Y el Presidente también ha analizado declaraciones específicas en relación con Canadá y México en lo que respecta a lo que espera en términos de seguridad fronteriza".
En días pasados, la Administración Trump aplaudió la disposición de México para recibir cuatro vuelos de repatriación en un sólo día, pero sin dar más detalles en torno a conversaciones bilaterales privadas.
De acuerdo con Trump, los aranceles punitivos contra Canadá y México son una forma de frenar el abuso por parte de ambos países, aún cuando estos irían en contra del Tratado de Comercio entre México, EU y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en 2020 y que fue impulsado por el propio Trump.