El parlamento europeo aprobó este miércoles una amplia reforma de su política migratoria, el Pacto de migración y Asilo, luego de una delicada negociación de varios años sobre un tema qué provocó evidentes divisiones en el bloque.
El nuevo pacto prevé normas colectivas para gestionar la acogida y reubicación de los solicitantes del asilo, una cuestión que ha provocado tensión política desde la crisis migratoria de los años 2015 y 2016.
Su principal novedad es un sistema de “solidaridad obligatoria” para garantizar que todos los países, independientemente de su tamaño y ubicación, contribuyan a aliviar la presión sobre el sur de Europa.
La reforma, presentada por primera vez en septiembre del 2020, pretende que los países dejen de “ir por la libre” en este sentido, unificando la gestión migratoria, el parlamento ha refrendado este compromiso, aunque por un margen menos del previsto inicialmente, las leyes que incluye el paquete han recibido 300 votos a favor y 270 en contra.
El resultado da un respiro a los partidos mayoritarios, pues podrán presumir de la reforma en la campaña para las elecciones de junio, pero si las reformas tardan en hacer efecto, las leyes tardarán unos dos años en aplicarse por completo.









