TABASCO. ¡Un anhelo que se convirtió en pesadilla! Don José “N” reside en Frontera, municipio de Centla, y por largo tiempo ahorró para adquirir un automóvil nuevo o, de perdida, uno seminuevo. Logró juntar 260 mil pesos y con esa cantidad emprendió la travesía para hacerse del carro de sus sueños. Checó marcas en agencias, idealizó modelos a través de redes sociales, y consultó precios hasta en Mercado Libre.
Los planes marchaban sobre rieles, viento en popa. Un día de junio del año pasado fantaseaba en la plataforma Facebook cuando, por fin, ¡match! encontró lo que buscaba. Un Nissan Versa 2019 impecable había terminado por enamorarlo y también…por engatusarlo. A su juicio, era una ganga, porque recién acababan de subir su venta.
De inmediato, vía WhatsApp contactó al vendedor. El vehículo estaba en Ciudad del Carmen, Campeche, por lo que pactaron encontrarse en aquel lugar, en la Plaza Palmira. No se olvida de la fecha de su desgracia: domingo 16 de junio. Por el entusiasmo, no detectó las señales de alerta, pasó por alto todas las red flags.
Recuerda que al encuentro llegó acompañado de su esposa, en tanto que el vendedor apareció con un cubrebocas que en ningún momento de toda la transacción se retiró. Jamás pudo ver su rostro ni tampoco se cercioró de su identidad; vaya, ni identificación oficial le pidió, siquiera para saber con quién estaba por cerrar el peor negocio de su vida.
La operación de compra-venta se llevó a cabo sin contratiempos. Le entregaron la supuesta factura original emitida por la Nissan, con QR incluido, y póliza de seguro, pero aturdido por la emoción, olvidó la firma de la carta responsiva. “Ese fue mi error; me confié porque todo se veía en orden”, acepta. Sólo recibió una de las dos llaves electrónicas del auto, bajo el argumento de que la otra estaba extraviada.
La luz roja estaba encendida por todos lados, pero la ilusión de tener el carro de sus sueños hizo que la ignorara. Cedió 260 mil pesos al vendedor, quien tomó el efectivo, a partes iguales lo guardó en tres bolsas negras, y se marchó. Por esos días, pidió a un conocido de Villahermosa que checara el estatus del auto en el Registro Público Vehicular (Repuve). Todo en orden.
EL PRINCIPIO DEL FIN
La cotidianidad envolvió su vida. Durante dos meses, efectuó varios viajes al municipio de Centro, sin ningún problema. Un día cualquiera de agosto comenzó a destruirse el romance con su nuevo vehículo. “Andaba de compras por la capital, cuando por la zona de Guayabal me hizo el alto una moto patrulla”, relata, sin resignarse.
“Aún me retumban las palabras del agente: chavo, te pido por favor que bajes el coche. Al instante pregunté el motivo. Este auto tiene reporte de robo, me respondió, con mirada inquisitiva”. La revelación le heló la sangre.
Lo demás fueron problemas legales. Durante dos días estuvo detenido en la Fiscalía General del Estado (FGE). Allí entregó como evidencia de su inocencia los documentos que le había entregado el estafador. Y más. Para obtener su libertad, tuvo que desembolsar otros 30 mil pesos como fianza.
En toda esa peripecia conoció al verdadero propietario del automóvil, originario también de Tabasco, pero con un negocio de renta de vehículos ubicado en Cancún, Quintana Roo. Su nombre nada tenía que ver con el que aparecía en la factura; obviamente los defraudadores lo habían alterado. A la primera víctima le robaron la unidad, luego de rentarla a un joven procedente de Sonora.
En el contrato de renta también hubo irregularidades que se dejaron a un lado. El principal: en lugar de pedir una tarjeta de crédito como garantía, se aceptó el efectivo que el estafador ofreció. “Poderoso caballero es don dinero”. La unidad fue reportada como robada la misma semana en que fue vendida a don José “N”, cuyo nombre ha sido cambiado en esta historia por motivos de seguridad.
“Todo estuvo sincronizado”, se queja la segunda víctima. Admite que presentó una contrademanda, pero ve muy difícil que prosperen las investigaciones. En la FGE hay que dar dinero para todo y para todos. “El verdadero propietario recuperó su unidad y yo perdí mis ahorros”, se lamenta, mientras se arrepiente del paso a paso que frustró su sueño. El Facebook, advierte, molesto, “es un arma de doble filo”.
Don José “N” es uno de los 31 casos de fraude por compra-venta de vehículos que se registraron en Tabasco a lo largo de 2024, de acuerdo con las estadísticas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). La institución recomienda no adquirir los automóviles que se anuncian en las páginas de Facebook, porque muchos provienen de cuentas y usuarios falsos.