La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que las medicinas diseñadas específicamente para la salud infantil no se desarrollan a un ritmo adecuado, hasta el punto de que en promedio se tarda 10 años hasta que un medicamento para adultos tiene su equivalente para los más pequeños.
La agencia sanitaria mundial subrayó que esa brecha es aún mayor, y puede llegar hasta los 20 años, en el caso de las medicinas contra el cáncer.
En el marco de la celebración del Día Mundial del Niño, la responsable de la OMS, Martina Penazzato dijo que, según cifras del año 2021, solo un 7 por ciento de la investigación y desarrollo en las corporaciones farmacéuticas se destinó a las necesidades de los niños menores de 12 años.
La experta encabeza el Acelerador Global para Fórmulas Pediátricas, creado por la OMS y otros socios, para hacer frente a lo que según Penazzato es "un problema global que afecta por igual a niños de países ricos y pobres".
La experta recordó que la brecha es notable en investigaciones como las destinadas a lograr tratamientos contra enfermedades tropicales desatendidas (NTD, por sus siglas en inglés), donde menos de la mitad de los medicamentos pueden ser usados en niños, pese a que en muchos casos ese grupo de edad está entre los más afectados.
Penazzato recordó que deben desarrollarse fórmulas específicas para niños para la mayoría de medicinas y tratamientos, ya que "muchos de ellos no pueden tragar píldoras o tabletas, a menudo no soportan el sabor de los medicamentos líquidos o metabolizan los fármacos de forma diferente durante el crecimiento".