Arabia Saudí.- Mientras que Estados Unidos y Rusia acordaron este martes comenzar a trabajar para poner fin a la guerra en Ucrania y mejorar sus lazos diplomáticos y económicos, el presidente ucraniano Volodymir Zelensky afirmó que su país no aceptaría ningún resultado de las conversaciones, ya que Kiev no participó, y pospuso su propio viaje al reino, programado para el miércoles.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, dijo que ambas partes acordaron, en términos generales, perseguir tres objetivos: reintegrar al personal en sus respectivas embajadas en Washington y Moscú, crear un equipo de alto nivel para apoyar las conversaciones de paz sobre Ucrania, y explorar relaciones y cooperación económica más cercanas.
Sin embargo, enfatizó en entrevista con The Associated Press que las conversaciones —a las que asistieron su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, y otros altos funcionarios rusos y estadounidenses— marcaron el comienzo de un diálogo, y que se requiere más trabajo en el futuro.
Lavrov hizo eco de los comentarios de Rubio y dijo a los periodistas que “la conversación fue muy útil. “No solo escuchamos, sino que también nos escuchamos mutuamente”, afirmó.
No hubo representantes de Ucrania en la reunión, que se produjo mientras el país asediado pierde terreno lenta, pero constantemente frente a las tropas rusas, más numerosas, en una guerra desgastante que comenzó hace casi tres años.
Los aliados europeos también han expresado preocupaciones de que están siendo marginados.
Rubio dijo el martes que poner fin a la guerra en Ucrania podría “abrir la puerta” a “increíbles oportunidades para asociarse geopolíticamente con los rusos en cuestiones de interés común y, francamente, en temas económicos que, con suerte, serán buenos para el mundo y también mejorarán nuestras relaciones a largo plazo”.
Sus comentarios fueron una prueba más del notable cambio de rumbo de Estados Unidos hacia Rusia tras años en los que el predecesor de Trump, el expresidente Joe Biden, encabezó los esfuerzos internacionales para aislar a Moscú.
La reunión del martes tuvo como objetivo allanar el camino para una cumbre entre Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin. Tras concluir las conversaciones, el asesor de asuntos exteriores de Putin, Yuri Ushakov, dijo al Canal 1 de Rusia que aún no se ha fijado una fecha para esa cumbre, pero que es “poco probable” que tenga lugar la próxima semana.
Hablando con reporteros después de la reunión, Lavrov mencionó los mismos tres objetivos que Rubio y dijo que Washington y Moscú acordaron nombrar representantes para efectuar “consultas periódicas” sobre Ucrania.
“Tengo razones para creer que la parte estadounidense ha comenzado a entender mejor nuestra posición”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores ruso.
El enviado especial estadounidense, Steve Witkoff, quien acompañó a Rubio en las conversaciones junto con el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Mike Waltz, dijo que la reunión fue “positiva, optimista y constructiva. Todos estaban allí para llegar al resultado correcto”.
La reunión marcó el contacto más extenso entre ambos países desde la invasión emprendida por Moscú el 24 de febrero de 2022. Lavrov y el entonces secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hablaron brevemente al margen de una reunión del G-20 en India hace casi dos años, pero las tensiones se mantuvieron altas.
La reciente ofensiva diplomática de Estados Unidos con respecto a la guerra ha llevado a Ucrania y a aliados clave a apresurarse para obtener un lugar en la mesa ante la preocupación de que Washington y Moscú puedan seguir adelante con un acuerdo que no les favorezca.
La ausencia de Kiev en las conversaciones del martes molestó a muchos ucranianos, y Francia convocó una reunión de emergencia de los países de la Unión Europea y el Reino Unido el lunes para hablar de la guerra. La participación de Kiev en tales conversaciones fue un pilar de la política estadounidense durante el régimen de Biden.









